Puede ser el físico, la mentalidad o la cultura propia de los turcos, además de su manera de actuar o vestirse; ha revuelto más de una hormona provocando suspiros entre las mujeres cubanas.
Las series turcas muestran al hombre turco machista y egocéntrico, quien puede tener varias esposas bajo la religión musulmana. Cada vez que aparece un personaje así los tratan de contrastar con su contrario, el hombre que si cree en las relaciones de pareja y el amor eterno, asegurando el éxito comercial que han cosechado hasta ahora.
En la isla, las series turcas están desplazando las audiencias que antes se adjudicaban los culebrones de México, Brasil o Colombia.
Pero esto no tiene que ver con el valor audiovisual, o a su alto valor artístico. Nada de esto coincide en casi todas las series turcas que cautivan a los televidentes. Son los estereotipos, la fastuosidad de los paisajes y la presencia de estos hombres creados como hombres maravillosos, los que han supuesto su popularidad.
Amor en blanco y negro, Gonul, Me robó la vida, Traición Secreta, Hercai, son algunas de las más populares.
Estas novelas la mayoría de las veces ponen mayor atención en la visualidad de sus estrellas masculinas. A las femeninas las representan con patrones ya establecidos, unas más delgadas, otras no tan hermosas; esto evidencia que tratan de representar a la mujer, a la sombra del gran paradigma de poder y belleza masculina, esto no nos sorprende en la sociedad profundamente machista de la cual son el resultado.
En ellas se representan hombres morenos, medio rubios, altos y bien entrenados, pulcros de limpieza, con buenos modales, románticos y de valores idealizados, el hombre perfecto. El primer requisito que debe cumplir una serie turca para esperar el fanatismo de las cubanas, no es más que seleccionar un buen protagonista.
Con las novelas de O Globo, por ejemplo, no sucede así, pues sus personajes, incluso, se desnudan ocasionalmente, así ocurre con las que se filman y distribuyen por cadenas estadounidenses como Telemundo y Univisión, donde las relaciones de pareja son más carnales.
No podemos negar su aceptación en Cuba, y es que el espacio de la novela cubana en horario televisivo estelar ha decaído en los últimos años, con una baja calidad actoral y guiones poco elaborado y poco exitosos, los materiales extranjeros, han plantado un prototipo y es que las audiencias de estos productos quieren ver cuerpos en lugar de historias y piezas artísticas. Así que los realizadores turcos contratan actores que alcanzan y sobrepasan la clasificación de hombres de ensueño, mientras que televidentes como las de Cuba, cumplen con representar actores comunes y nada sexualizados como exige el mercado internacional.