Enrique Molina se sometió a siete cirugías plásticas para encarnar a José Martí en una serie que nunca se hizo

Redacción

Enrique Molina se sometió a siete cirugías plásticas para encarnar a José Martí en una serie que nunca se hizo

Sin lugar a dudas, uno de los actores cubanos más famosos de la televisión y el cine en Cuba es Enrique Molina, quien con su talento y capacidad de desdoblarse hasta donde sea necesario para interpretar sus personajes, ha logrado ganarse el respeto, el cariño y la admiración de la audiencia.

Uno de sus papeles más recordados fue cuando encarnó en 1991 al líder comunista Vladimir Ilich Lenin, en la ambiciosa teleserie “Relatos sobre Lenin”. En aquel entonces, surgió la posibilidad de pasar a formar parte de un proyecto en que estaría dando vida a José Martí en una serie de 15 películas, las cuales sería rodadas en formato de 16 milímetros y que tenían todas las papeletas para convertirse en un orgullo nacional.

La tarea no era para nada sencilla, para interpretar al Apóstol, Molina debía bajar de peso unos 25 kilogramos y someterse a una serie de cirugías estéticas para parecerse lo más posible al icono patriótico nacional.

Molina no titubeó un segundo y se mostró dispuesto a hacer lo que hiciese falta.

“Si yo logro, luego de hacer a Lenin, interpretar a Martí, entonces ya me pudo jubilar con tranquilidad y quedarme en casa cuidando de mis nietos”, comentó durante una entrevista en aquel entonces.

Molina tendría la oportunidad de protagonizar 15 películas para televisión rodadas en formato de 16 milímetros

El cirujano que llevaría a cabo las operaciones, le explicó que para lograr parecerse a Martí tendría que someterse a unas siete operaciones: una separación de orejas, dos de nariz, abrirle más los ojos, retrasar el nacimiento del pelo y, tras perder 25 kilos, eliminar la piel sobrante que quedaría.

“Estuve hospitalizado siete meses. En ese periodo de la preparación física, me fui preparando también intelectualmente. Queríamos encontrar la proyección de ese José Martí que cada cubano tiene en su cabeza. Y había que hacer un José Martí que fuera capaz de complacer a cada uno de los cubanos”, señaló el actor hace unos años al diario español El Mundo.

Luego de someterse a las cirugías, y permanecer hospitalizado durante varios meses, Molina fue citado junto a Lilian Llerena (director del proyecto) al Instituto de Radio y Televisión Cubana.

La noticia no pudo ser más devastadora: el período especial que Cuba comenzaba a atravesar tras la caída de la URSS había traído como consecuencia que no se dispusieran de los fondos necesarios para el proyecto, por lo que se hacía necesaria su cancelación.

Para lograr que su rostro fuese lo más creíble posible debían realizar 7 cirugías plásticas

“Ese fue el momento que más sufrí en mi vida. Aquel sueño se murió en cuestión de minutos. Recuerdo que regresé a casa muy triste y le dije a mi mujer: igual me jubilo. No quiero trabajar más”, recordó Molina.

Las cosas no estuvieron nada fácil para Molina en esos años, ya que había quedado atrapado en una cara que no era la suya en un momento en que la industria estaba prácticamente congelada, conjugándose para que las ofertas de trabajo en esos años fueran más bien escasas.

Gracias a Dios el tiempo fue curando las heridas y la industria comenzó a recuperarse. Así llegó el éxito con la telenovela Tierra Brava y confiesa que su salario se completaba brindando servicio como taxista en las noches de forma ilegal.