Guanabo, el Varadero de los pobres que no pueden permitirse un hotel más allá de La Habana

Andrés Parra

Guanabo, el Varadero de los pobres que no pueden permitirse un hotel más allá de La Habana

Guanabo constituye una de las mejores playas de La Habana, aún cuando no sea la de mayor popularidad. Con sus limpias y cristalinas aguas y arenas blancas, es un destino fijo para la mayoría de los habaneros que desean disfrutar de una temporada de playa sin alejarse mucho del panorama citadino y sin gastar demasiado.

Suele estar colmada de nacionales en cualquier estación, pero julio y agosto son especiales, pues son los mejores meses de playa.

Los habaneros pueden ir por su cuenta o agenciarse a un paquete turístico con excursiones de todo tipo, precios módicos y comidas incluidas.

Esta playa cuenta con su propia urbanización, un poblado repleto por parques, cine, museo, tiendas, hoteles y muchos comercios estatales y particulares. Los locales se han dedicado a la explotación del turismo nacional e internacional, así que abundan las ofertas de alojamiento.

Este poblado, con más de 15.000 habitantes, limtia al norte con el estrecho de la Florida, al este con Santa Cruz del Norte (provincia de Mayabeque), al sur con Campo Florido y al oeste con el reparto Boca Ciega (también zona de playa del este de La Habana).

El término “Guanabo” significa “Las Palmas” o “El Palmar” en idioma aborigen. Esta zona ya denominada fue incluida por primera vez en un acta del Cabildo habanero en 1564, donde se establece que se usaba para la cría de cerdos. La parte del poblado conocido hoy como Guanabo Viejo fue fundada en 1803.

El verdadero crecimiento económico a nivel local se inició en la segunda mitad del siglo XX, una vez construidos el Túnel de La Habana y la Vía Blanca, pues acaudalados de todo tipo se trasladaban allí para retirarse durante las vacaciones o simplemente alejarse un rato del barullo urbano, incluyendo en el complejo varios clubes y centros nocturnos privados.

El gobierno ocupó los inmuebles una vez que las familias ricas emigraron con el triunfo revolucionario, y muchos terminaron cayendo al abandono. Hace unos años, con la apertura al cuentapropismo, la localidad volvió a tener vestigios de desarrollo.

Paisajes hermosos han constituido por siglos uno de los mayores atractivos del área, con bosques de mangles, lagunas, barreras de coral y dunas, así como aves, reptiles y otros animales endémicos.

Y la playa tiene mucho que aportar, con el alquiler de equipos acuáticos, como bicicletas y kayaks, o surfing aéreo, para los más aventureros.

Los negocios de los alrededores dan mucha vida a la localidad, y se encuentran a solo unos metros de la arena, por lo que los bañistas pueden degustar comida internacional, cubana, fusión, italiana, además de pastelerías y dulcerías.

Guanabo proporciona un espacio para disfrutar de una estancia agradable en sus alojamientos, del color turquesa de sus aguas, del ambiente de pueblo que recibe con gusto al extraño.