El antiguo hospital Reina Mercedes de La Habana solía ser el primer hospital moderno y científico del que dispuso la ciudad, el que fue demolido en 1950 y sus pacientes fueron transferidos al edificio de 8 plantas y 300 metros de altura, de la obra del arquitecto Víctor Morales, que constituyó el Hospital Universitario Comandante Manuel Fajardo luego de la toma de poder de Fidel Catro en 1959, y el nombre se debió a un médico que conformaba las filas del Ejército Rebelde.
El Reina Mercedes también fue el primer hospital monumental de la capital cubana, declarado por su pórtico de ocho columnas de estilo dórico y su escalinata de granito.
El recinto, nombrado tras la esposa del rey Alfonso XII de España, fue inaugurado en 1886 por obra del Dr. Emiliano Nuñez, un destacadísimo galeno cubano, al igual que Emilio, su hijo, quien administró la cartera de Sanidad y los legados de María Santa Cruz de Oviedo, Salvador Samá, Marqués, de Marianao, y Joaquín Gómez, tres importantes y acaudaladas figuras de la alta aristocracia cubana. Sus aportes y el dinero resultante de la venta de los terrenos del viejo hospital de San Juan de Dios por parte del Ayuntamiento de La Habana, sirvieron para fundarlo.
El doctor, quien residía en lo que hoy existe como el Hotel Florida, quedó ciego luego de que su médico personal, a quien negó un préstamo, le rompiera un pomo de ácido en la cabeza mientras escuchaba la misa en la iglesia de San Agustín.
Aún en 1922, el Dr. Jorge Le Roy Cassá, especialista en el asunto, aseguraba que el Reina Mercedes estaba a la par de los mejores del mundo en su época, gracias a la excelente calidad de sus servicios y la misma distribución arquitectónica del centro.
Una cifra considerable de especialidades médicas se iniciaron en el recinto, y el mismo fue notable por su cuadro facultativo. La Radiología fue introducida por el especialista Francisco Domínguez Roldán; la Pediatría, por Ángel Arturo Aballí; y las investigaciones por la lucha contra el cáncer era liderada por Nicolás Puente Duany.
Luego del fallecimiento de Mercedes y Alfonso, fue rebautizado como Nuestra Señora de las Mercedes, aunque la población continuaba llamándolo Hospital Mercedes a secas.
Con el crecimiento poblacional, el hospital quedó en un área densamente poblada y con mucho tránsito vial, por lo que en 1954 se comenzaron a sopesar las posibilidades de trasladar el complejo. El terreno sobre el que reposaba el hospital fue vendido en 300 000 pesos, dado que el valor del suelo se había incrementado expontencialmente de su precio original de 7 000 pesos en 1886.
El triunfo revolucionario detuvo los planes de la construcción de un hotel previsto por la Compañía Constructora Monterrey S.A., y posteriormente se edifica el Nocturnal, un parque con cafetería, restaurante y cabaré por parte del recién instituido Instituto Nacional de la Industria Turística (INIT) en la manzana que pasaría a ser después construido el Coppelia.