Una joyita arquitectónica escondida en el mismo medio de la céntrica barriada capitalina de El Vedado es el Edificio Arcos, una peculiar (pero definitivamente hermosa) construcción de los años 30 que se halla inmersa en una de las profundas furnias de la zona habanera.
Este edificio localizado en la manzana delimitada por las calles F, E, 19 y 21 presenta un grave estado constructivo, el que pone en peligro la vida de las muchas familias que allí residen y de los numerosos turistas curiosos que lo visitan.
Los convivientes han agotado todas las ideas, posibilidades y canales oficiales para solicitar la rehabilitación del inmueble.
Un vecino contó que la edificación cuenta con 71 apartamentos, construida en “el hueco”. Nadie hace nada, todos son promesas; ya han hablado con el Departamento de Edificios Múltiples, con el gobierno municipal de Plaza de la Revolución, con el gobierno provincial, y nada se ha avanzado.
El paso del tiempo, la falta de mantenimiento y el abandono de las autoridades encargadas han deteriorado y comprometido la estabilidad de la estructura, la que en cualquier momento, pese a los esfuerzos de los vecinos por apuntalar los puntos más frágiles del edificio, se puede derrumbar.
El inmueble precisa de una reconstrucción especializada, debido a sus características atípicas. Colapsos parciales han ocurrido a lo largo de los años, como el del pasillo por el que se accede a los apartamentos de la entrada de calle 19.
Actualmente, la escalera que conecta con dicha calle está prácticamente derrumbada, la cual intercomunicaba las calles 21 y 19 junto a un largo pasillo exterior en forma de balcón.
Los mismos vecinos tomaron precauciones colocando carteles para advertir el peligro a los transeúntes sobre el estado del edificio y la profunda y antigua furnia que corta la calle F.
La escalera tiene una débil capacidad de carga, evidenciada en las reventadas cabillas de soporte, así como en la desgastada columna principal.
Las columnas de soporte y la base del edificio también requieren mantenimiento especializado. Hasta un cartel de advertencia fue colocado por los vecinos con el mensaje: “Necesitamos ayuda, responsabilidad y que cumplan lo prometido. Esperamos no pasar el disgusto de poner nosotros el muerto”.
La curiosa construcción del Edificio Arcos no tiene valor arquitectónico, pero si es llamativo, precisamente, por la selección del área donde fue construido, pues se trata de una geo-falla, donde a muy pocos arquitectos se le ocurriría diseñar un edificio de tal magnitud.
Su significativa “escalera” que une un extremo con otro, bordeando esta histórica construcción, es algo muy significativo, a la vez de tremenda ayuda a los transeúntes y vecinos del barrio.
El Edificio Arcos es parte del sentir habanero, que desearíamos preservar, pero lamentablemente envejece en silencio, perdiendo su encanto mágico.
