Cuando Raúl Castro y Barack Obama acordaron el inicio de la normalización de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, uno de los puntos en el que más rápido trabajaron fue en el intercambio de espías que se encontraban en las prisiones de ambos países. De esta forma, llegaron a la Isla los miembros de la conocida como “Red Avispa” que estaban presos en cárceles estadounidenses.
Un nombre al que ninguno de los dos mandatarios hizo alusión fue al de Ana Belén Montes, quien se encontraba tras las rejas en un centro de máxima seguridad en Forth Worth, Texas, por haber espiado para Cuba desde su posición como analistas en el Pentágono.
Montes, a quien se le conocía como la “Reina de Cuba” era toda una experta en cuanto a secretos militares de la Isla se trataba. No podía ser de otro modo, ya que durante casi dos décadas se desempeñó como agente doble al filtrar información a los órganos de seguridad de Cuba. En 2001, es detenida y condenada a 25 años de prisión.
Durante el juicio, Ana Belén confesó haber filtrado información sensible a las autoridades cubanas, alegando que había sido por una especie de obligación moral por la crueldad de la política hacía la Isla.
A pesar que su lealtad al Gobierno cubano quedó demostrada, las autoridades cubanas no hay realizado el más mínimo movimiento para demandar su liberación y la “Reina de Cuba” es, prácticamente, una desconocida para el pueblo de la Isla. El apoyo hacia ella es muy escaso y se limita tan solo a pequeños grupos que exigen su liberación.
Ana Belén es la espía cubana que más éxito ha tenido en penetrar los órganos de inteligencia de Estados Unidos. Nunca recibió un centavo a cambio, todo lo que hizo fue por fidelidad a las autoridades cubanas que, sin embargo, la echaron al olvido y quedó abandonada a su suerte.