El Islam se ha puesto de moda en Cuba y cada vez son más los isleños que se acercan a esta religión con vistas a darle respuesta a los misterios de la vida y satisfacer sus necesidades espirituales. Uno de ellos es Arnaldo, quien tras convertirse en seguidor de Alá comenzó a llamarse Yusuf.
El proceso para este cubano duró bien poco, exactamente una semana. Cuando llegó a su casa y, le prohibió a su mujer comer carne de puerco, está lo miró con cara de asombrada.
Lo curioso del caso es que Arlando creció en un hogar cristiano y consideraba que los científicos eran personas que enredaban al mundo con sus teorías. Fuera de eso, era un joven como otro cualquiera que iba a las discotecas con sus amigos y hasta acariciaba la idea de marcharse del país para encontrar una vida mucho mejor.
No fue hasta junio de 2016 que todo cambió. Una tarde vio que frente a su casa pasaba un musulmán y se sintió atraído por la vestimenta que llevaba el hombre. Fue así que salió al encuentro de este y comenzó a hablar con él, interesándose en la religión que practicaba.
Era el primer fiel de Alá que veía en Cuba y lo encontró sumamente raro. El hombre lo atendió de forma muy amable y no pasaron dos días para que Arnaldo estuviera aprendiendo sobre el Islam en la mezquita Abdallah de La Habana Vieja.
Al convertirse en musulmán, Arnaldo dejó atrás su nombre cristiano por el de Yusuf. A su actual esposa, fue él quien la introdujo en la religión, aunque ella también se sintió motivada al ver el papel de las mujeres en esa religión.
En la actualidad, Yusuf es un hombre de bien que trabaja en una brigada de construcción y vive junto a su familia bajo las leyes del Islam.
“Ser musulmán en Cuba no es complicado, tan solo hay que dejar a un lado la mundanidad”, considera Yusuf, quien además añade que tiene que tener mucha paciencia con algunos de sus antiguos amigos que en ocasiones se le han acercado para preguntarle bajito que si se había metido a terrorista.
Fuente: El Toque.