La carpintería es uno de los oficios más antiguos del mundo. Aún así, dista mucho de ser primitivo, pues ha evolucionado a la par de la aparición de nuevas herramientas, materiales y técnicas. En Cuba, sin embargo, los carpinteros permanecen atados a lo antiguo; trabajando con viejas herramientas y materiales tradicionales.
Como la materia prima escasea cada vez más y la industria de la Isla es incapaz de abastecerlos de forma adecuada, deben acudir al ingenio y el reciclaje para poder seguir existiendo.
Uno de ellos, Eliodoro Nemesio Pérez Mujica, de 77 años, retomó el oficio que había aprendido de niño tras retirarse de su trabajo en el desaparecido Ministerio del Azúcar.
Comenzó reparando muebles y, poco a poco, se fue especializando. En los basureros encontró la materia prima que necesitaba, porque en Cuba, lo que no les sirve a unos les sirve a otros y como, en la Isla hay más necesidad que palmas reales, nunca la ha faltado el trabajo y gana más que lo que devengaba cuando trabajaba para el Estado.
Para los carpinteros siempre habrá trabajo en Cuba, afirma Arsenio De la Cruz Teope, un plomero que ocasionalmente ejerce como carpintero.
Sobre todo después que, al aprobar el cuentapropismo, el Estado decidió eliminar la Empresa de Servicios a la Población, que era la única empresa que ofrecía a los cubanos la posibilidad de reparar sus muebles.
Esa también es la opinión de Yosvani Zequeira Peñalver, de 42 años, quien es dueño de un taller particular en la calle Primelles en el Cerro, La Habana.
Él se dedica a la confección de ventanas, puertas y muebles y siempre tiene demanda, porque en Cuba siempre la gente está construyendo y los precios de las tiendas estatales se encuentran por las nubes.
Un problema grande es siempre la materia prima. Un pie cúbico de cedro (la madera de mayor demanda) no baja de 25 pesos y los clientes exigen que la madera sea “nueva”, lo que aumenta todavía más su costo.
Sin embargo, lo que más afecta a los carpinteros es el tema de la carencia de herramientas y repuestos. Las que venden en las tiendas son de mala calidad y los precios son, además, altísimos.
Por esa razón los carpinteros cubanos prefieren las herramientas “de antes”, fabricadas antes de 1959. En especial las de fabricación estadounidense, española o alemana.
Así ha logrado abrirse paso la carpintería en Cuba, uno de los oficios más antiguos, nobles y demandados.