La región oriental del país se caracteriza por su producción cafetalera, de ahí que históricamente hayan existido numerosos cafetales en la zona. Cercanos a la Gran Piedra, Santiago de Cuba, se ubican los cafetales Firmeza y Fraternidad, La Gran Sofía y La Isabelica, fue en este último donde ocurrió una de las historias de amor más trascendentales, esta vez entre el francés Víctor Constantin, propietario de la hacienda, y una de sus esclavas, Isabel María.
La historia se remonta en 1876, estamos hablando de hace aproximadamente 150 años, cuando aún se respiraba sudor del esclavo explotado que solo pensaba en obtener su libertad, ahí donde todas las estancias eran similares y sus estructuras se encontraban influenciadas por los castillos medievales, pero solo fue en la Isabelica donde tuvo lugar el romance entre Víctor e Isabel, lo suficientemente valioso como para que nunca se le conociera otra esposa o compañera blanca pues Isabel fue la señora de la casa.
Situada en la montaña donde el clima es encantador y la vegetación es abundante, se encuentra emplazada La Isabelica, que recibe su nombre gracias a la africana Isabel María. Es la única que se conserva como museo ya que es la mejor representación de lo que era una hacienda cafetalera en la época y presenta mejores condiciones que los demás contando aún con los mismos senderos desde su cimentación.
De acuerdo a la zona donde está ubicada, su construcción se basa especialmente en piedra y estructuralmente es una de esas edificaciones donde en el primer piso se encuentran los almacenes y en el de encima se establecía la vivienda.
Se lleva la cuenta que en las cercanías existen 236 tipos de helechos, de orquídeas se han contado 222 e incluso se puede avizorar el musgo naranja que solo crece en zonas donde la contaminación es cero.
Sea real o fantasía, no cabe duda que esta representa una leyenda cautivadora que hace de la hacienda un lugar honorable y sobre todo un museo a visitar que además nos transporta a la época, pues nos brinda la posibilidad de estar rodeados de piezas u objetos que aún se conservan como el aljibe, la bañadera, artículos de plata y porcelana, herramientas y utensilios de la cocina.