El invento que hoy le traemos fue el mejor pensado y lo encontramos circulando por La Escondida de Monte Rus, en el municipio guantanamero de El Salvador. Por esa zona montañosa a un ingenioso cubano se le ocurrió crear esta especie de híbrido versionado el Tractojeep, que es conocido por los chóferes de la nación caribeña como ‘pisa y corre’.
Eso de que el cubano es inventor por naturaleza no caben dudas y es que la necesidad es la madre de todas las invenciones. Que se rompió la lavadora pues usamos su motor para un ventilador; que no tenemos televisor a colores pues le ponemos una lamina en la pantalla para emularlos; que no tenemos carne pues allí están las toronjas y las frazadas de piso para preparar unos exquisitos bistec… en fin serían tantos que no alcanzaría un solo artículos para enumerarlos.
El Tractojeep de frente luce como un clásico tractor de los que son utilizados para la labranza campesina, pero de lado es todo una maravilla de la inventiva. Y es que muchos se quedan asombrados viendo este tractor con forma de auto o auto fusionado con tractor; o en definitiva una solución practica e ingeniosa, como dijimos, nacida de la necesidad.
Los que viven por la zona de Monte Rus aseguran que no es inusual verlos pues son unos cuantos los propietarios de tractores que se han decidido a realizar esta adaptación.
Según cuentan los dueños de estos ‘tractojeep’, son transformados en un taller particular de Sagua de Tánamo, en la provincia de Holguín, donde un grupo de mecánicos se han especializado en ellos.
Allí le ponen una cubierta, simulando un jeep americano Willy largo, parabrisas, asientos, puertas, nuevas instalaciones eléctricas y un motor de mayor tracción, que en algunos casos es tan pesado que en los tiempos de lluvia llega a ser un verdadero problema.
Y es que estos ‘tractojeep’ resultan sumamente útiles en las montañas pues permiten que toda una familia se pueda transportar con comodidad a cualquier lugar, en zonas donde el transporte publico no pasa de ser un verdadero calvario.
Así que saque usted sus propias conclusiones y díganos si no es verdad eso de que el cubano las inventa en el aire… o en este caso: en las montañas.