Aunque el Gobierno cubano no se ha pronunciado públicamente, en las calles existe preocupación por que la tensión se traslade a su país.
«Sin van a desplegar tropas si podría ser fatal porque podría provocar una guerra y más ahora con la crisis de pandemia y eso que tan sucedió», señala un taxista cubano
«Yo como cubano que soy no quisiera que sucediera, hay otros poderosos que sí… que les importa un bledo lo que pase. Pero bueno, mi opinión es», apunta un pescador del país.
Según el exdiplomático cubano Carlos Alzugaray las palabras del viceministro de Asuntos Exteriores ruso no hay que tomarlas como una amenaza: «No hay ninguna amenaza de que esto sea un plan, sino simple y sencillamente es una advertencia para que los norteamericanos se pongan en el lugar de los rusos. Así lo interpreto yo».
Desde Estados Unidos tratan de quitar hierro al asunto. El asesor de Seguridad Nacional de Biden, Jake Sullivan ha opinado que podría tratarse de una «fanfarronada» del viceministro de Exteriores aunque ha dicho que si se diese el caso de que hubiera un despliegue militar en Cuba los estadounidenses responderían de forma decisiva.
«Si Rusia llegara a avanzar en esa dirección, lidiaríamos con ello de forma decisiva», afirmó Sullivan, en una rueda de prensa en la Casa Blanca, sin dar más detalles.
Sin embargo, muchos expertos opinan que la amenaza de despliegue militar ruso en Cuba «no es creíble» y lo único que pretende es distraer la atención de la crisis en Ucrania para que Estados Unidos muerda el anzuelo y reaccione.
«Rusia carece de la capacidad de proyectar y sostener fuerzas militarmente significativas en el hemisferio. Tampoco tiene los fondos» necesarios debido al costo de su movilización en la frontera ucraniana y las sanciones que le impondrían estadounidenses y europeos si invade ese país», opina Juan Cruz, del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS). Cruz estuvo a cargo de Latinoamérica y el Caribe en la Casa Blanca bajo la presidencia de Donald Trump.
«No pueden darse ese lujo ni siquiera a través de su instrumento, el Grupo Wagner», una organización militar privada, destaca a su vez Cruz. Su único interés «es meter un dedo en el ojo de los gringos».
En Cuba prevalece el silencio.
«Los cubanos no quieren bulla con los gringos», afirma Cruz.
Los rusos saben bien que «cualquier despliegue militar tendría que ser negociado con la parte cubana y que Cuba respondería teniendo en cuenta las circunstancias», considera Alzugaray.
Por tratarse de una situación hipotética «el gobierno cubano no está obligado a responder ni sería conveniente hacerlo», añade.
De llegar a producirse un despliegue ruso, la reacción estadounidense «sería más como en los años 80 que como en los 60», sin un enfrentamiento directo, estima por su lado Cruz.