La gran mayoría de los flamantes propietarios de bares, moteles, tiendas, cafeterías y restaurantes que han surgido en Cuba están siendo sostenidos gracias al dinero que reciben desde de Estados Unidos, donde vive la comunidad de emigrados cubanos más númerosa.
Desde los uniformes de los empleados hasta las servilletas que se colocan en los mesas son procedentes del otro lado de la orilla.
Algunos de los cubanos entrevistados en Miami para esta nota, reconocieron que se mantienen ayudando a sus familiares en Cuba para que puedan tener un negocio privado, a fin que puedan integrarse al medio millón de emprendedores que han surgido en la Isla.
“Hago todo lo posible porque mi gente tenga un sostén del que apoyarse para sacar adelante el negocio familiar. Los ayudo lo mismo con ideas que con dinero”, asegura Fernando, quien emigró a Estados Unidos hace más de 20 años.
Con un pequeño empuje económico inicial, la familia de Fernando pudo montar una peluquería y una pequeña fabriquita de bloques. Además, espera contar con los ingresos suficientes para recuperar una finca de 165 acres que les perteneció en antaño.
“En Cuba hay muchas cosas por hacer y el Gobierno paga bien algunos productos como la leche, el queso y la carne”, añade Fernández, quien soñó de joven con ser médico en su tierra natal, pero ahora trabaja para una compañía que se dedica a reparar carreteras en Florida.
Algunos emprendedores cubanos entrevistados, reconocieron que cada dos o tres meses viajan a Miami a comprar insumos que no se encuentran disponibles en la Isla. Muchos de estos nuevos dueños de negocios, también viajan a otros países como Panamá y Ecuador.
Decoraciones Yuya, una dulcería bastante conocida en la capital cubana, no esconde a sus clientes que buena parte de sus artículos los importa, ya que de otra forma no le sería posible obtener el acabado deseado a la hora de decorar los locales donde se celebran las fiestas.
“Nuestro servicio incluye más de 30 muñecos del mundo de Disney, pequeños parques inflables, fuente de chocolate, piñatas y hasta cámaras elásticas”, señala entre otras cosas su texto de promoción.
Desde Miami llegan también no pocas de las piezas de repuesto que mantienen funcionado al parque vehicular particular en la Isla, el cual se encuentra bastante poblado de marcas como Moskovich y Lada, que llevan décadas de explotaciones.
Producto al embargo, que impide el comercio entre ambos países, una buena parte de estos aditamentos (entiéndase corras, llantas, timones y hasta gomas), llegan a la mayor de las Antillas en los equipajes de los cubanos que vienen en visitas familiares a Estados Unidos.
A diario llegan también llegan a Cuba enormes bultos de ropas, trajes de novia, zapatos, productos de aseo, teléfonos móviles, piezas de computadora y muchos otros, los cuales tienen como destino a pequeños negocios o el revenderlos a través de canales no oficiales como sitios de venta en línea o grupos en Telegram o WhatsApp.
La comunidad cubanoamericana es la principal fuente de inversiones para el sector privado en Cuba, a través de envíos y remesas. Los que invierten en negocios privados y comprando inmuebles se apoyan en sus familiares que viven en el país o que se acogen al proceso de repatriación facilitado por la ley de inmigración vigente desde el 2013, la cual brinda a los cubanos emigrados la posibilidad de recuperar su residencia permanente y derechos.