Sin dudas para los cubanos que tenemos más de 40 años, y vivimos durante la década de 1990 en La Habana, la discoteca del hotel Comodoro era todo un referente en las noches de fiesta.
Junto con la olvidada Macumba y La Cecilia, fue uno de los puntos preferidos por la farándula y no había un fin de semana que no estuviera desbordada de publico.
Aunque oficialmente se llamada Disco Havana Club, todos los cubanos la reconocían como la discoteca del Comodoro.
Fue cerrada a mediados de los 90, cuando en La Habana tuvo lugar la recordada ‘Operación Lacra’, un fuerte operativo policial que se llevó a cabo en La Habana para frenar la desbordada prostitución y el aumento de la drogadicción que se estaba produciendo en los sitios de alterne y las discotecas.
Redadas masivas contra las jineteras y patrullajes continuos en la zona del Malecón, la Quinta Avenida y los alrededores de los hoteles se hicieron habituales.
El impetuoso desmelene de la noche habanera ciertamente estaba llegando a cotas bravas, sobre todo en lo que se refiere a la oferta femenina, cada vez más joven, agresiva y abierta a cualquier trato.
A su vez, por orden del Ministerio de Turismo se cerraron gran parte de los locales dedicados al ocio nocturno en la capital para “reorientar su enfoque”, según se explicó en su momento en la prensa.
“Hay que pecar por exceso, porque va a acabar con nosotros, con la revolución, si no damos un escarmiento”, dijo en entonces a la prensa Esteban Lazo, quien aun por esos años era el primer secretario del Partido Comunista en La Habana.
Las sanciones se extendieron a los taxistas, los dueños de casas de alquiler por horas y a todo el que de un a forma u otra se beneficiaba del negocio de la prostitución y la venta de drogas.
La Operación Lacra cambió la fisionomía de las noches habaneras. Por orden del Ministerio de Turismo, cerraron las famosas discotecas del Comodoro, el Café Cantante y el Palacio de la Salsa, las más concurridas y descocadas de la capital, mientras que otros centros nocturnos situados en hoteles, como la Marina Hemingway, el Copacabana o el Habana Libre, sólo trabajaban “para huéspedes”.
Algunos desaparecieron para siempre, como la Macumba, mientras otros como la del Comodoro permanecieron en el olvido…