Los buenos recuerdos hacen que visitemos una y otra vez aquellos lugares en los que fuimos felices. Quizás por esto aún se mantiene en pie el Jalisco Park, un parque infantil que se niega a desaparecer.
Pese a su apariencia moderna, el Vedado es un barrio bien antiguo. Desde que fue concebido, se contempló la existencia de zonas de ocio y que se pudiese encontrar un parque cada 10 minutos andando aproximadamente.
Por ello no resulta nada raro que en El Vedado se encuentra la mayor heladería cubana, uno de los zoológicos más antiguos y uno de los parques infantiles más famosos de toda la historia del divertimento en Cuba: el Jalisco Park.
Varios autores coinciden en que la primera ubicación de esta Feria de Atracciones ocupo el espacio en el que actualmente se alza el Hotel Habana Libre, en la calle 23 entre L y M. Cuando estos terrenos fueron vendidos, el parque fue reubicado en la intersección de las calles 23 y 18, donde ha permanecido hasta nuestros días.
El Jalisco Park se encuentra en una posición que permitía a los padres aprovechar la salida con sus hijos para visitar el Tent Cent de 23 y 10 y almorzar en el restaurante La Pelota, en el Varsovia o en el Yang Tse.
Si bien es cierto que sus atracciones no llegaron a competir nunca con las del Coney Island, si se encontraban mucho más cerca y asequibles, y los niños sabían que era más probable que el “fin de semana los volviesen a llevar”.
Quienes llegaron a visitarlo en sus inicios cuentan que existían modernos aparatos eléctricos como la estrella polar, carritos locos, una pequeña montaña rusa y hasta una casa de espejo. Algunos de estos equipos se atrevieron a desafiar su fecha de caducidad y todavía pueden usarlos tus hijos si visitas Jalisco Park.
Actualmente el Jalisco Park es casi una reliquia histórica y los viejos aparatos que permanecen en pie nada tienen que ver con lo que había durante sus primeros años.
Durante la década del 90 el parque fue resucitado, dicen algunos que gracias al éxito de aquella canción. Sin embargo, nunca más volvió a retomar su gloria y se ha limitado a ser un parque al que muchos padres llevan a sus hijos al sentirse movidos por la nostalgia de su niño interior y los ratos felices que pasaban en ese lugar.