Miniquinces, una polémica y costosa moda que toma fuerza en Cuba

Redacción

Miniquinces, una polémica y costosa moda que toma fuerza en Cuba

La polémica moda de los “Miniquinces” se ha ido imponiendo en Cuba poquito a poco. Llegada desde shows y revistas extranjeras que suelen utilizar la imagen de los “niños adultos”, cada vez son más los padres en Cuba que hacen que sus niñas de 5 años caminen usando tacones y las maquillan para someterlas a agotadoras sesiones fotográficas que estas están muy lejos de disfrutar.

El polémico espectáculo cada vez cuenta con más seguidores en Cuba. Actualmente, para muchos padres todo el movimiento que supone la celebración de una fiesta de quince, comienza una década antes.

La moda se ha ido extendiendo a una velocidad preocupante. No son pocos los fotógrafos que se han dedicado a sacar provecho de este nicho de mercado e incluso se han especializado en el tema.

“Tienen tremenda aceptación entre la gente”, confiesa entusiasmado una de estos trabajadores del lente que fue consultado al respecto por nuestra redacción.

No es posible precisar en qué fecha exacta comenzaron a celebrarse estos “Miniquinces” en Cuba, pero todo indica que es una tendencia que ha ido en aumento en la sociedad cubana a través de la influencia de la cultura extranjera que se consume en la Isla fundamentalmente en los materiales audiovisuales.

A pesar que en Cuba esta es una moda relativamente reciente, en otros países se practica desde hace muchos años. Es común que agencias publicitarias “exploten” la imagen de niñas con accesorios, ropa y poses de adultos.

Sobre el tema del maquillaje, cuyo uso puede resultar chocante en una niña de apenas cinco años, explican que la profusión del mismo siempre depende de los padres del menor pero que como norma casi todos desean que sea “lo más adulto posible”.

Algunos padres a los que nunca llegó a pasar siquiera la idea de celebrar un miniquince terminan celebrándolos a petición de la propia hija que lo escuchó de alguna amiguita o que incluso vio las fotos.

No obstante, no son todos los padres los que ven este tema tan a la ligera, ya que muchos consideran que va contra el crecimiento emocional armónico de las niñas. Ellos prefieren realizar las fiestas tradicionales con piñatas y payasos, lo cual está más acorde con la edad sus hijas.

Otros ven esta celebración de los miniquinces como una especie de timo para sacarle unos cuantos pesos a las familias, que, si ya pasan mil y un trabajo para hacer una fiesta de quince, dos es para volverse loco.