En el más reciente ejemplo de fabricación ingeniosa de embarcaciones caseras, una balsa vacía de entre 15 y 20 pies llegó a la orilla de una playa cercana a Miami el domingo en el Parque Estatal del Cabo de Florida.
El bote fue avistado por residentes en una playa a primera hora del domingo, pero no se confirmó si había migrantes en la zona.
Un funcionario de la Patrulla de Aduanas y Fronteras en Miami dijo que el incidente está siendo investigado como «un posible caso de contrabando marítimo».
La embarcación de casco metálico, con forma de bote inflable, estaba hecha de barriles oxidados de «miel cubana» sujetos por tres barras robustas de metal o acero que se cruzaban para que los pasajeros se sentaran. La embarcación también tenía un motor de camión con un eje de hélice en el centro a bordo y alimentado desde uno o más de los bidones de 55 galones en el lateral de la balsa que estaba adaptada para servir de depósito de combustible.
No está claro cómo llegó la embarcación a tierra ni si los ocupantes fueron rescatados. En los casos de balsas interceptadas, los guardacostas estadounidenses suelen marcar las balsas con una gran «X» roja y la fecha del rescate en el costado después de que los ocupantes hayan sido rescatados.
La balsa del domingo sobrevivió a los fuertes vientos y al mar picado durante el fin de semana, beneficiándose quizás de un viento de 20 millas por hora procedente del este que ayudó a empujarla hacia la costa de Florida.
Michael Nearing, el presidente del Club Rotario de Key Biscayne, que fue uno de los primeros en divisar la balsa e informar sobre ella, la calificó de «ingenioso ensamblaje y soldadura artesanal» y «colores dignos de su propio póster».
En el interior de la balsa también se encontró un saco vacío de arroz blanco vietnamita con las palabras «Alimport, Habana» en la parte superior con una fecha de caducidad del 31 de julio de 2021. Alimport es una empresa estatal cubana responsable de la importación y exportación de alimentos.
El inusual diseño difiere de las típicas balsas vistas antes, hechas de madera, con gruesas láminas de plástico y bloques de espuma de poliestireno, selladas con pegamento industrial y atornilladas. Las balsas suelen tener también una vela para tener energía de reserva.
A pesar de las leyes de inmigración preferenciales que favorecen a los emigrantes cubanos que huyen del gobierno comunista hacia Estados Unidos, es probable que los emigrantes sean deportados si son localizados o se entregan, según Wilfredo Allen, un veterano abogado de inmigración de Miami. Los cubanos gozan de una vía especial para obtener residencia permanente en Estados Unidos, pero sólo si entran en el país a través de un puerto de entrada legal, o son capaces de documentar un caso creíble de asilo político.
Mientras Cuba se enfrenta a una de las peores crisis desde su revolución de 1959 debido al covid-19, un sistema comunista improductivo y represivo, de partido único, y las sanciones económicas de Washington, más personas se arriesgan a realizar el peligroso viaje, aunque las cifras siguen siendo bajas en comparación con los máximos anteriores de las décadas de 1980 y 1990.
En julio, los cubanos salieron a la calle para protestar contra la subida de los precios, la escasez de alimentos y medicinas y otros problemas socioeconómicos que se han agravado durante la pandemia.
No es ni mucho menos comparable a la crisis de los balseros de 1994, cuando más de 30,000 cubanos se echaron al mar y el gobierno estadounidense se vio obligado a construir un enorme campo de refugiados en la base naval de Guantánamo. Más recientemente, la Guardia Costera interceptó a 5,396 migrantes cubanos en el año fiscal 2016 antes de que terminara la llamada política de ‘pies mojados/pies secos’ que permitía a todos los balseros que llegaran a tierra firme permanecer en Estados Unidos.