Un artículo publicado por Bohemia en el año 1913 logró sorprender a no pocos de los asiduos lectores de esta revista. Se trataba del anuncio de la construcción de un enorme edificio en el llamado Campo de Marte.
Aquella monstruosa construcción contaría nada más y nada menos que con más de 100 metros de elevación. Además, sería construido completamente a prueba de fuego empleándose una estructura de acero y hormigón armado
El número de habitaciones sería de 1900, todas con un alto confort. Lavabos, agua corriente, luz eléctrica, teléfonos en cada habitación para llamar a los sirvientes y luz directa desde la calle, serían solo algunas de las bondades del hotel.
El acceso a sus diferentes pisos estaría garantizado, ya que contaría con 15 ascensores. Además, dispondría de buzones y servicio neumático de correo entre todos los inquilinos.
El sistema de ventilación se ha estudiado con mucho cuidado. Los corredores serán anchos, las ventanas de grandes dimensiones y se colocarán vidrios en forma de diamantes en los corredores, entre las oficinas interiores y las exteriores, de manera que se obtenga, no solo refracción de luz del exterior, sino también de arriba y de los costados.
Los habitantes de ese gran pueblo tendrían un verdadero paseo en su casa. Alrededor del edificio por las cuatro fachadas, todas iguales, un gran corredor de más de veinte pies de ancho, situado en el piso sexto y a unos treinta metros del nivel de la calle: perfectamente iluminado eléctricamente. Así mismo la azotea estaría profusamente iluminada.
Su decorado interior nada dejaría que desear y en el último piso, a cien metros de altura, se construiría un parque de recreo público en el cual los niños pudieran tomar, respirar aire puro y disfrutar de sus juegos favoritos.
Tres de sus pisos estaría destinados a oficinas y se contaría con una biblioteca común. Los notarios, médicos y hombres de negocio, podrían encontrar en el majestuoso inmueble espacio suficiente para para establecer sus despachos y oficinas. En la planta baja estarían ubicadas agencias de transporte, oficinas de correo, telégrafos y teléfonos públicos.
La “Compañía de Construcciones y Fomento”, que es la que solicita la edificación del palacio, ofrecería al Estado el espacio necesario para la instalación de un observatorio meteorológico. En este edificio habría un gran tanque de natación que tendría agua del mar.
A modo general los mecanismos de limpieza e higiene estaría garantizados. Los corredores contarían con Alfombras sanitarias especiales serían capaces de matar todos los microbios que cayeran en estas. Además, la limpieza del edificio se haría por el procedimiento del vacío, por medio de tuberías distribuidas en todos los departamentos del y donde se conectarían aparatos especiales que recogerán todo el polvo que pueda existir.
A pesar de estar todo concebido para realizar esta mega construcción nunca se llegó a construir. Algunos consideran que realmente fue una pena que no se llevara a cabo mientras que otros piensan que una edificación de esa magnitud pudo haber opacado el protagonismo de edificaciones como el Focsa o el Hotel Nacional.