Un total de 1.019 personas han sido devueltas a Cuba por las autoridades estadounidenses este año por tratar de ingresar de forma irregular a su territorio.
Según informó este lunes el diario Granma, órgano oficial del Partido Comunista de Cuba (PCC, único legal), este número se ha alcanzado tras las 39 personas interceptadas el fin de semana pasado.
Estas personas conformaban cuatro grupos que pretendían llegar a las costas estadounidenses partiendo de las provincias occidentales de Matanzas, Artemisa y La Habana en “salidas ilegales del país por vía marítima”, afirma el periódico.
Tres de los grupos emplearon “artilugios sin condiciones para la navegación”, mientras que el cuarto contaba con “una embarcación para la pesca deportiva sustraída de su propietario e inadecuada para este tipo de travesía”.
La devolución de estas 39 personas fue posible por la colaboración entre las autoridades de ambos países y a pesar de las diferencias que mantienen desde hace décadas, agravadas en los últimos años.
Cuba, que asegura defender una migración “segura y ordenada”, ha acusado en repetidas ocasiones a EE. UU. de incumplir el acuerdo bilateral para entregar 20.000 visas anuales a cubanos, lo que a su juicio alienta la migración irregular.
La grave crisis económica que atraviesa Cuba -agudizada por la pandemia, el endurecimiento de las sanciones estadounidenses y la mala gestión estatal- y la represión a la disidencia ha hecho aumentar en el último año la cifra de emigrantes.
Las autoridades estadounidenses han constatado en los últimos meses un aumento del número de balseros que tratan de llegar a sus costas desde Cuba, así como el repunte de la presencia cubana en las rutas migratorias por Centroamérica.
Recientemente Nicaragua ha eliminado la necesidad de visado para los cubanos que quieren acceder a su territorio, lo que se cree que puede abrir una vía migratoria alternativa de Cuba a EE.UU. aunque por el momento no se han difundido cifras a este respecto.