En todo sistema circulatorio las arterias se constituyen las vías de transportación de la sangre oxigenada hacia el corazón. Cabría entonces la siguiente pregunta ¿Qué lleva en la actualidad, hacia el corazón habanero, una de sus principales arterias: la calzada de Diez de Octubre?
Y entre las respuestas que saltan a la vista luego de circular por toda su extensión se encontrarían: abandono, inmundicia y añoranza, ciertamente esas tres palabras resumen la esencia que contiene la atmósfera urbana de sus calles. Notables edificaciones, que un día fueron algo precioso y agradable a la vista y que el transcurrir del tiempo, de la mano de la desidia han sumergido en un estado de destrucción y deterioro avanzado.
Se hace curioso fantasear con la idea de observar a un capitalino de inicios del siglo anterior caminar por la calzada de hoy en día y esperar su reacción de asombro al encontrarse con un ambiente que difiere totalmente del de su época.
En la larga lista de sitios que en el devenir de su recorrido causan añoranza y espanto sin dudas se encuentra el cine Florida, sentimientos que emanan de cualquiera que conozca lo que por la década del 50 tal establecimiento fue y vea para lo que a día de hoy ha quedado. A este se le suma el trayecto hacia la esquina de Toyo que entre aceras destruidas y edificios al borde del colapso provocan en el caminante una desagradable sensación de angustia y desesperación. Sensación que se refuerza además con la tristeza que se produce justo al arribar al conocido cuchillo de Toyo, donde confluyen las calzadas de Diez de Octubre y Luyanó, y apreciar el marcado deterioro en que se halla la vivienda que un día fuera el hogar de uno de los personajes más controversiales de la historia de la nación, Fulgencio Batista.
Grandes cantidades de tinta se derrocharían en el triste, pero quizás necesario, empeño de reseñar todo lo hermoso y activos que en tiempos pasados fueron instalaciones que se han desaparecido o han sido reconvertidas, por solo mencionar algunas como la tapicería Capri, el copelita de la Víbora, el Gran Cinema, los cines Apolo y Tosca, tiendas, bazares, sastrerías, zapaterías, entre muchísimos otros.
Lamentablemente la Calzada de Diez de Octubre, es una de tantas avenidas y lugares de La Habana y de Cuba que poco o casi nada de lo que un día fueron hoy conserva. El ejercicio de rememorar e imaginarla en el pasado se hace sumamente difícil y martirizante para el que la conoció bella y esplendorosa y hoy la vive triste y decadente.