Estadounidenses ignoran la posibilidad de pisar suelo cubano sin cruzar las fronteras de su país. De igual modo, los cubanos desconocen que hay una superficie no muy extensa que es propiedad de la República de Cuba y está nada más y nada menos que en Florida.
Se trata de un terreno valorado en poco más de 43 000 USD, bajo el cuidado de la limítrofe comunidad cubanoamericana, que pertenece al Departamento de Parques de Tampa. Mientras se le sucedieron dueños, el inmueble se deterioró. Hasta un incendio hizo de las suyas.
Luego de considerar su valor histórico y con la intención de preservar la memoria de Martí, fue comprado por una cantidad desconocida por el Coronel cubano Manuel Quevedo y su esposa Mercedes, quienes decidieron en 1956 donarlo a la Isla “para su conservación y custodia como homenaje de agradecimiento y recuerdo eterno a nuestro apóstol de la República de Cuba”.
Basta con alejarse unas cuadras del agitado centro de la ciudad Ybor City, en Tampa, Florida, para que el visitante encuentre el Parque Amigos de José Martí. En la esquina de la Avenida 8 y la Calle 13, un muro bajo y una cerca metálica rodean los aproximadamente 500 metros cuadrados.
En su interior: una estatua de Martí con el brazo en alto, como si recibiese a los visitantes. Al fondo del parque se puede ver un mapa dibujado de Cuba, con las antiguas provincias delimitadas por diversos colores; y en una placa se pueden leer una de las frases más importantes de Martí: “En el mundo, si se le lleva con dignidad, hay aún poesía para mucho”.
“Mucha gente no es consciente de que si das un paso dentro tienes un pie en Cuba y si das un paso atrás, tienes un pie en Estados Unidos”, declaró a BBC Mundo Liz McCoy, conservadora de la Sociedad del Museo de la ciudad. Además, “muchos turistas pasan por alto que al haber tierra de las antiguas provincias, cuando caminas el parque completo, es como si hubieras estado en toda Cuba”, afirmó.
En el parque hay tierra de las provincias de Cuba y además de una estatua dedicada a Martí hay otra al general Antonio Maceo Grajales, uno de los líderes de la independencia de España.
En los años 60 fue escenario de disputas entre los opositores a Castro y los adversarios del embargo que EE.UU. impuso a la isla y llegaron a poner cadenas a la puerta para impedir que entrara el bando contrario. El brazo de la estatua de Martí también ha sido roto varias veces.
Pese a más de medio siglo de enfrentamiento, la propiedad de este parque ha sido un asunto que se ha mantenido con perfil bajo y aparentemente quedó fuera del radar de ambos gobiernos.