Muchas personas mantienen la costumbre durante todas las noches de acostarse sin ropa. Este es el caso del protagonista de esta historia, llamado Raúl. En la noche de un fin de semana, mientras descansaba en su casa tranquilamente, las fuerzas del orden lo despertaron de manera brusca.
Tras la insistencia de las autoridades, este hombre se levantó velozmente, debido a la desesperación de quien lo llamaba. Mientras trataba de averiguar quién lo necesitaba con tanta urgencia a esas horas, cubrió su cuerpo con lo primero que vio. Al abrir la puerta de su casa, sin perder un minuto más, lo condujeron hacia el carro de policía y en un abrir y cerrar de ojos ya Raúl estaba, medio desnudo, en la estación de policía.
Por supuesto, los chistes y burlas de sus vecinos no se hicieron esperar. El pequeño instante en el que caminó desde su vivienda hacia la patrulla quedó guardado para siempre en los celulares de todos los que estaban presentes. Por lo cual, ha pasado a la inmortalidad este momento y se puede apreciar en las plataformas de internet.
Aquella noche no era como cualquiera, era muy particular. Como muchos saben, Cuba, debido a la posición geográfica que ocupa es vulnerable a los huracanes, ante los cuales, hay que tomar muchas medidas para prevenir desgracias mayores. Esta, era una de esas noches en las que pasaba uno de ellos, sin embargo, en aquella estación baracoense, podían encontrarse todo tipo de personas que no evacuaron su casa en el momento en el que se les ordenó por su propia seguridad. Desde aquellos que siempre piensan que no va a pasar nada hasta los que no se fueron con tal de mantener los bienes de sus casas controlados. Por una cosa o por otra, estas personas estaban incumpliendo de forma directa, las órdenes de las autoridades del país y por eso estaban allí.
En la isla cuando estos fenómenos se aproximan se pone en marcha toda una estrategia para su enfrentamiento. Una de las principales medidas es mantener constantemente a la población informada, por lo cual, todos los ciudadanos del país estaban al tanto de que se aproximaba un huracán, que no era uno cualquiera, era categoría 5 e iba a traer consigo abundantes precipitaciones, inundaciones y vientos. Irma, tocaría el país por la zona central por lo que esta comunidad no tardaría en sentir sus efectos.
Digamos que estas no son las condiciones más apropiadas para salir a la calle y menos con un evento con tanta potencia. Aun así, Raúl, tras vestirse gracias a una ayudita que le dieron desde el interior del centro policial, se escapó del lugar sin que nadie lo viera, mientras que comenzaba a sentirse Irma en la localidad. Como si esto fuera poco, fue a pie por el medio de la calle desde allí hasta su casa en esas condiciones tan alarmantes. Solamente de él hemos escuchado semejante hecho.
Nos cuenta que en las primeras horas de la madrugada no se observaban tantas manifestaciones del huracán, pero a medida que fue pasando el tiempo todo se fue complejizando. Los factores que componen un fenómeno de estos se hicieron notar con mucha fuerza, comenta que, para no ser llevado a cualquier parte por las condiciones del tiempo, tuvo que resistir y dar lo mejor de sí.
Lamentablemente, a medida que avanzaba en su aventura, apreciaba como su pueblo se desmoronaba poco a poco. Sabía que muchas estructuras, ya sean viviendas u otros elementos que allí se encontraban no sobrevivirían la noche. Eran muchas las familias que fueron evacuadas porque en sus viviendas corrían peligro y Raúl pudo evidenciar en vivo y en directo el riesgo del que siempre están hablando las autoridades.
Cuenta, como ya veníamos anunciando, que lo más doloroso fue ver como la comunidad quedaba destruida tras las fuertes lluvias e inundaciones. Comenta que logró sentir en su cuerpo una cada una de las manifestaciones del huracán impactando en él. Nunca había sido testigo de algo así, una de las cosas que más sorprendido lo dejó fueron las altas olas, de las cuales jamás se olvidará.
Finalmente, un poco más tarde en la madrugada, logró encontrar su vivienda y lo que vio no fue para nada de su agrado. Resulta ser que las autoridades, en la rápida maniobra de llevarlo al centro policial olvidó cerrar la puerta, por lo cual hubo una pequeña tormenta también dentro de su vivienda. Muchos de sus bienes se vieron afectados, incluso, algunos irremediablemente destruidos. Recuerda que su colchón tenía tanta agua que no sabía cuando lo volvería usar. En aquel momento no pudo hacer mucho, se acomodó como pudo en una esquina del recibidor y esperó a que todo pasara.
Entre tantas cosas que nos comenta dice que se dejó llevar por el momento, no entró en pánico siempre estuvo calmado ya que expresa que no se asustó ante tal panorama. Muchas personas no se atreverían a hacer lo que Raúl hizo aquella noche de fin de semana, pudo haber perdido la vida, pero siempre nos repitió que ese pensamiento nunca le pasó por la cabeza.