Los crecientes flujos migratorios de balseros cubanos hacia las costas del sureste de Estados Unidos han llevado a especialistas a analizar este fenómeno de colosales magnitudes, teniendo en cuenta que las facilidades de los nacionales de la isla para quedarse a residir legalmente en ese país se reducen con cada momento.
Recientemente, un grupo de balseros que logró alcanzar las costas de Florida corrió a desaparecer de la escena de desembarco para evadir a las autoridades locales y la consecuente repatriación a Cuba.
Adam Hoffner, agente de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos, explicó a la prensa que aún no se ha encontrado a los fugados y que se podría tratar de un caso de «tráfico marítimo».
Wilfredo Allen, conocido abogado de inmigración de Miami, alertó que aunque las leyes migratorias estadounidenses favorecen a los migrantes cubanos en comparación con ciudadanos de otras nacionalidades, el destino más probable para inmigrantes cubanos ilegales en Estados Unidos es la deportación inmediata.
Alegó: «Estos jóvenes que acaban de llegar tienen cero posibilidades. No tienen entrada legal. Ninguno de ellos se legalizará nunca a menos que los lleven a un [centro de detención de inmigrantes] y pidan asilo».
El peligrosísimo viaje por mar de Cuba a Estados Unidos resulta cada vez más plausible para los nacionales de la isla, los que buscan escapar a como dé lugar de una de las peores crisis económicas que ha vivido dicha en los últimos 60 años.
Así, las autoridades norteamericanas han interceptado a 323 cubanos en el mar desde el pasado mes de octubre.
Se han dado varios casos de desaparición de tripulantes tras el naufragio en aguas norteamericanas de embarcaciones improvisadas que habían zarpado desde Cuba, y en muchas de esas ocasiones, los desenlaces fueron trágicos, con el hallazgo de más balseros fallecidos que con vida.
Esta nueva crisis migratoria cubana no es aún comparable con la sucedida en 1994, cuando más de 30.000 personas se lanzaron al mar. El académico y director del Instituto de Investigaciones Cubanas de la Universidad Internacional de Florida (FIU), Jorge Duany, recordó que el Gobierno estadounidense se vio obligado en aquella ocasión a habilitar un enorme campo de refugiados en la base naval de Guantánamo para contener el flujo migratorio.
Además, la Ley de «pies secos, pies mojados» fue derogada en enero de 2017 por el ex presidente Barack Obama, la que solía otorgar automáticamente el derecho de residir temporal y legalmente en el país a los cubanos que lograran tocar suelo estadounidense.
Por ende, actualmente cualquier ciudadano cubano indocumentado no tiene derecho legal a quedarse en un país si no es procesado por los funcionarios de inmigración en un punto de entrada fronterizo apropiado. Sin embargo, puede optar por entregarse y solicitar asilo por razones de persecución política, racial o religiosa, aunque no es fácil de demostrar, pues solo un 30% de los casos de cubanos son aprobados, según Allen.
El funcionario refirió que quizás hubiese sido más factible que los migrantes cubanos que arribaron el lunes esperaran en la playa y se entregaran a la Patrulla Fronteriza, dado que no serían elegibles para la residencia bajo la Ley de Ajuste Cubano si permanecen en la clandestinidad, lo que les permitiría aplicar para la residencia estadounidense acelerada un año después de llegar a territorio estadounidense.
«Tengo gente que viene a verme después de estar aquí un año y tengo que decirles: ‘Felicidades, no sólo no calificas para el Ajuste Cubano sino que ya no calificas para el asilo porque tienes que solicitarlo en tu primer año en Estados Unidos'», agregó.
Los factores que han influido en el aumento desproporcionado del flujo migratorio cubano incluyen la grave recesión económica en la isla (que experimentó una reducción del 11% el año pasado), las demoras en la aplicación de las vacunas anticoronavirus, y hasta la suspensión, a raíz de la pandemia, de todos los medios legales para emigrar de Cuba a otros países de América Latina (situación agravada por la necesidad de viajar a terceros países como Guyana ante el cierre de las oficinas consulares norteamericanas en la isla).
Un proyecto de ley fue recientemente presentado por congresistas cubanoamericanos, con la intención de procesar las solicitudes de reunificación en la Estación Naval de Estados Unidos en Guantánamo, a menos que encuentren otra ubicación apropiada en el país caribeño.
«Permitir que los solicitantes realicen sus entrevistas en la estación naval garantizaría que el personal estadounidense permaneciese seguro y aliviaría en gran medida la carga de los solicitantes cubanos al permitirles permanecer en la isla durante el proceso de solicitud», dijo el martes el congresista republicano Mario Díaz-Balart en una columna de opinión en el Nuevo Herald.
Aún se desconoce la identidad y la procedencia de los inmigrantes, pero las evidencias halladas en el velero (un cubo de plástico llevaba letras de Cupet) permiten inferir que venían de Cuba.
«No se ve en condiciones de navegar», comentó Alex Cobo, un residente local que atestiguó el arribo del velero, que no tenía motor y sólo contaba con una vela de lona con un mástil y un aparejo hecho con ramas de árbol, cuerda y algunos tornillos tensores metálicos ajustables. «Deben estar tan desesperados para arriesgarse así. Tienes que sentir pena por ellos», concluyó.