De acuerdo con datos oficiales de las autoridades mexicanas, más de 15.000 inmigrantes cubanos ingresaron ilegalmente a Estados Unidos cruzando por su frontera sur con México en los últimos 3 meses, con una cifra récord de 5.870 en el pasado mes de octubre.
Desde que Cuba reabrió sus fronteras nacionales el pasado 15 de noviembre y Nicaragua autorizó el libre visado para los cubanos este lunes 22, las cifras se ha disparado; todo en apenas 2 semanas.
El Departamento de Aduanas y Protección de Fronteras (CBP) de Estados Unidos ha registrado que entre los meses de agosto y octubre de este 2021, entró a su territorio por puntos de la franja fronteriza con México un total de 15.178 cubanos.
Estos datos han confirmado la estampida migratoria producida hacia el suelo estadounidense, la que resulta imparable e incontrolable, pues se ha efectuado pese a las restricciones de movilidad por la pandemia de coronavirus y la barrera legal impuesta por la derogación de la Ley de «pies secos/pies mojados» ( en 2017).
La eliminación de esta política, si bien limitó las entradas de cubanos a Estados Unidos entre ese año y el siguiente, no pudo enfrentar el alza exponencial registrado en períodos fiscales posteriores.
El año fiscal 2021 concluyó habiendo contabilizado un total de 39.303 entradas irregulares de cubanos por vía terrestre (un crecimiento de un 180% con respecto al año precedente).
Además, la toma de poder del demócrata Joe Biden en la Casa Blanca, en enero, potenció incluso más estas migraciones.
El CBP indicó que el total de cubanos que han entrado utilizando la ruta centroamericana ha sido de 28.801.
Sin embargo, por muchos miles de personas que logren ingresar al territorio estadounidense (ya sea por vía marítima o terrestre), esto no significa que puedan legalizarse allí bajo la Ley de Ajuste Cubano (CAA).
El sorpresivo anuncio de este lunes 22 de noviembre del nicaragüense Daniel Ortega sobre el libre visado a su territorio para los nacionales de la isla parece ultimar condiciones para un nuevo pico migratorio de Cuba a Estados Unidos, aunque se haya alegado que la decisión estaba motivada por «la cantidad de solicitudes de hermanos ciudadanos cubanos con familiares en Nicaragua, y con el fin de promover el intercambio comercial, el turismo y la relación familiar humanitaria».
Evidentemente, la noticia causó un estallido de interesados en viajar a Nicaragua y así ahorrarse unos cuantos peldaños en la ruta centroamericana hacia Estados Unidos; y, sobre todo, evitando así tener que atravesar la peligrosa Selva del Darién, frontera natural entre Panamá y Colombia.
El abogado de inmigración en Miami, Willy Allen, explicó que «estamos en el preámbulo de una crisis con inmigrantes cubanos que tendrá que enfrentar esta administración», una que se verá en los próximos meses.
Precisamente, las oficinas de la aerolínea Copa en La Habana quedaron inundadas desde altas horas de la noche del lunes por cubanos deseosos de comprar un boleto hacia Nicaragua con escala en Panamá, los que guardaron su turno en la cola hasta poder hacer los trámites en la mañana siguiente.
Tras este anuncio, la Embajada de Panamá en La Habana recordó que los ciudadanos cubanos no necesitan solicitar visado para su país si solo hacen una escala menor a 12 horas en su territorio (aunque no pueden exceder los límites del aeropuerto).
La estampida no se ha efectuado solamente desde la isla, pues miles de cubanos varados en terceros países de Latinoamérica, Europa e incluso en Medio Oriente también se han hallado buscando desesperadamente una vía para llegar a Nicaragua.
Los que se encuentran en Sudamérica, tienen que obligatoriamente cruzar el Tapón del Darién para continuar el camino hacia el país anglosajón (donde se arriesgan a caer bajo las fauces de las bandas criminales que por allí abundan, a ser atacados por animales salvajes o a sufrir un accidente fatal en medio de la selva), por lo que el Servicio Nacional de Migración de Panamá ha registrado una súbita crecida del flujo de cubanos por esa zona en los primeros 9 meses de este año (con 12.000 censados).
Allen recordó enfatizando que «hay cubanos regados por todo el mundo que van a tratar de llegar a Nicaragua para seguir a Estados Unidos, pero debe recordarse que presentarse en la frontera no es garantía de que las autoridades migratorias van a aceptar tu entrada».
Señaló: «Ni siquiera la entrada es una garantía de que podrás ganar el caso de asilo».
Se espera que la administración Biden tome importantes medidas en materia migratoria en los próximos días a raíz de estos acontecimientos.
Se prevé que se reinstale el Programa de Protección al Migrante (PPM), una disposición que dejaría a los cubanos varados en México por años en lo que se soluciona su estatus legal.
Desde que este fue suspendido por el propio Biden el pasado 19 de febrero, unos 8.000 cubanos lograron entrar legalmente a Estados Unidos.
Con la derogación temporal de la política trumpista, la permisividad de la situación hizo que miles de inmigrantes recibieran autorizaciones de libertad bajo supervisión (I-220A), pudiendo residir en Estados Unidos en lo que se resuelven sus casos de asilo en los tribunales, pero teniendo que ganar obligatoriamente esos procesos judiciales para recibir la residencia permanente.
No obstante, un equipo de abogados de Miami presentó una demanda federal (aún en curso) que reclama que se considere oficialmente al I-220A como un documento de admisión para procesar la residencia permanente al amparo de la Ley de Ajuste Cubano (CAA). Se debe llegar a un veredicto en el verano de 2022.