En el siglo XIX comienzan a registrarse los primeros pobladores asiáticos en el país. Actualmente se pueden evidenciar varios elementos que demuestran la unión inseparable entre el desarrollo de ambas naciones ya que ambas se fusionaron para ser uno en las tierras caribeñas. Algunos de los ejemplos que lo demuestran la evolución de estás personas en la isla, son: los mestizos chinos, el arroz frito y codiciadas maripositas chinas. En el día de hoy nos vamos a concentrar en los alimentos.
Durante el desarrollo de la nación caribeña los estudiosos de esta ciencia social explican que en determinados lapsos de tiempo se registraron en el país flujos migratorios procedentes del gigante asiático. En el año 1847 se evidencia el primero de ellos.
De acuerdo con los registros acerca de la evolución de estos pobladores en la isla se plantea que arribaron al país con la finalidad de trabajar y relevar a los esclavos, pero afirman que les dieron la misma posición. Algunos dicen que sufrieron igual que ellos o más.
A lo largo de este siglo, ingresan al país aproximadamente 150 000 asiáticos, dentro de los cuales casi todos eran del sexo masculino. Llegaron primero a la región occidental y una vez instalados allí, comenzaron con labores agrícolas, por lo menos fue así hasta que terminaron con sus tiempos de trabajo previstos.
Jamás se conoció de un asiático desleal en la isla
Al parecer tenían pensando hacer fortunas en el caribe para luego regresar a su país natal. Lamentablemente se vieron obligados, a causa de los bajos sueldos, a instalarse en Cuba y comenzar a vivir al igual que los demás criollos.
Durante el proceso independentista, hubo muchas de estas personas que se unieron a la causa de los cubanos. Siempre se les ha reconocido su apoyo, cómo lo hizo, por ejemplo, Gonzalo de Quesada al afirmar que eran de los más fieles combatientes con los que había luchado.
Algunos fueron conquistados por el dinero
Los asiáticos se fueron apropiando de un territorio de la Habana el cual se conoce hoy en día como »el barrio chino», allí crecieron como población y tuvieron estrechas relaciones con personas que ya eran esclavos libres de sus cadenas.
Para su supervivencia comenzaron a hacer lo que sabían para ganarse la vida. Desde trabajos de albañilería hasta la herrería, desarrollaron sus relaciones comerciales y fueron dejando su huella por dónde quiera que pasaron.
Poco a poco se fueron ganando un espacio dentro de la ciudad. Fundaron hasta medios de prensa en su lenguaje natal y diferentes grupos étnicos de su país. Una de las cosas en la que mayor éxito tuvieron fue en la gastronomía, cuando comenzaron a elaborar todos aquellos platillos que dejaron muy satisfechos a los cubanos.
La isla caribeña y parte de su gastronomía asiática
Para muchos es un hecho muy agradable almorzar o cenar en algunos de estos establecimientos de comida asiática en el barrio chino de la Habana.
Son lugares donde siempre vas a encontrar un buen trato, personalizado y amable y además y la comida es una delicia.
En ocasiones, según nos comenta un cliente frecuente a estos negocios, los camareros con la mejor intención de brindar un buen servicio a los clientes trataban a su madre con bastante respeto y amabilidad. Entonces cuando parecía que se podía poner incómodo el ambiente, nos sigue contando, es cuando aparecía el clásico entrante que a todos gusta, las maripositas chinas.
Expresa que siempre se perdía en aquellas deliciosas maripositas. Sin embargo, dice que actualmente su mamá lo tiene como un buen recuerdo, pero no tan dulce debido a la situación del país en esa década del 80 del siglo pasado.
Aunque comenta que eso a él no le interesaba mucho, realmente desconocía los problemas en ese instante, lo importante era no dejar escapar ni una unidad del plato, para después, mirar a su madre e intentar probar su delicioso arroz frito.
Probar una vez más las delicias asiáticas
Después de aquellos años ya fue muy difícil volver a encontrar ricas e iguales ofertas en todas partes ya que vinieron los amargos años 90.
Por suerte, todavía quedan personas en la isla que vienen del linaje aquel de familias asiáticas y cubanas que conocen de memoria como hace la sabrosa elaboración.
Cada vez que aparecen un plato relleno de maripositas chinas, a los presentes se les hace agua la boca y se trasladan a los años más inocentes y felices de su infancia, donde se reunían con sus padres a disfrutar de aquellos manjares.
Las personas que la conocen guardan esa elaboración como un tesoro. Es que, ¡Realmente es un tesoro!
¿A qué saben realmente?
Ese misterio es muy difícil de resolver ya que, cómo mencionábamos anteriormente, no lo comentan con nadie, y así pasan su tesoro por los miembros de su familia, escondido, cómo también lo hacen los profesionales de las cocinas del emblemático lugar de los restaurantes chinos.
Es verdaderamente una incógnita, ningún desvinculado de la cocina china logra resolver esta cuestión pero la realidad es que son demasiado ricas.
Sin embargo, se han visto desastrosos aportes a la cultura china en cuanto a la salsa respecta. Muchas personas lo intentan pero de verdad no llegan, ni de lejos a ese sabor tan delicioso de aquella época.
Puede que existan muchos en la isla que dominen ese cocinado, pero lo que si es cierto es que como las de aquellos años, ninguna.