La nueva crisis migratoria cubana ha escalado de tal manera que los miles de isleños que se hallan intentando llegar a Estados Unidos por Centroamérica están optando por utilizar la ruta de la costa del Pacífico, para así llegar a Panamá sin atravesar por la peligrosa Selva del Darién (su frontera natural con Colombia).
Santiago Paz, representante de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) en Panamá, declaró a la prensa internacional que esta travesía por la costa pacífica se hace normalmente por mar y en embarcaciones demasiado pequeñas para la gran cantidad de migrantes que constantemente transportan, además de poco habilitadas para este tipo de viajes y para enfrentar las condiciones climatológicas de esta parte del golfo.
El funcionario advirtió que «en estos momentos no hay una infraestructura de respuesta constante para personas migrantes en la comunidad panameña de Jaqué», lo que constituye un riesgo para las personas con urgencia de asistencia médica que llegan al destino de la ruta.
Paz precisó que los datos oficiales panameños indican que la ruta del Pacífico se ha asumido como tal en este año, pues entre junio y este mes han sido unas 900 personas las que han entrado a Panamá por Jaqué.
Esta cifra es aún minúscula en comparación con los más de 121.000 migrantes que han ingresado a Panamá entre los meses de enero y octubre de este 2021 (la mayoría por la ruta tradicional del Darién).
El Tapón del Darién constituye una de las rutas migratorias más peligrosas del mundo, y aunque en este año se han dado cifras históricas, ha sido usada durante años para llegar irregularmente a Estados Unidos.
El Gobierno panameño ha registrado la muerte de al menos medio centenar de migrantes en la Selva del Darién en lo que iba de año hasta el mes de septiembre. No obstante, el entorno salvaje, las características del terreno y la hostilidad de las bandas criminales que allí abundan permiten asumir que los fallecidos suman cientos por año.
Feliciano Grajales, jefe de la Brigada de Panamá Este del Servicio Nacional de Fronteras (SENAFRONT), explicó al periódico local La Prensa que los migrantes pagan alrededor de 220 dólares para llegar a Jaqué desde Playa Ostial, una cifra considerablemente mayor a la que se enfrentarían si optaran por atravesar la selva por una semana.
SENAFRONT se ha encargado de auxiliar y transportar a los migrantes desde Jaqué hasta las Estaciones de Recepción Migratoria (ERM).
Las olas migratorias que acaparan Centroamérica están protagonizadas por haitianos, venezolanos y cubanos.
El Servicio Nacional Migración panameño registró que en el mes de octubre se produjo un récord de cruce de migrantes a través del Darién, con 29.604 personas; y entre enero y agosto de este año han sido 10.742 cubanos los que han ingresado de forma ilegal en Panamá por la frontera con Colombia.