El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, felicitó este lunes a su homólogo de Nicaragua, Daniel Ortega, por su victoria en las elecciones del domingo, celebradas con varios líderes opositores bajo arresto y consideradas un fraude por gran parte de la comunidad internacional.
“Felicidades al hermano pueblo de Nicaragua, a Daniel Ortega y a (la vicepresidenta y esposa de Ortega) Rosario Murillo, por el resultado de las elecciones”, expresó Díaz-Canel vía Twitter.
Según el mandatario cubano, que heredó el poder de Raúl Castro en 2018, los comicios celebrados en Nicaragua “fueron una demostración de soberanía y civismo ante la cruel campaña mediática” que, asegura, sufre el país centroamericano.
“Cuenten siempre con el apoyo de Cuba”, sentenció el presidente del país caribeño, que mantiene una fuerte alianza política con la Nicaragua de Ortega y de su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo, y el régimen de Nicolás Maduro en Venezuela.
De acuerdo con el primer informe de las autoridades electorales, Ortega logró el 74,99 % de los votos con casi el 50 % de las juntas receptoras de votos escrutadas, con lo que podrá permanecer en el cargo hasta enero de 2027 y cumplir 20 años seguidos en el poder, un caso inédito en la reciente historia de Nicaragua y Centroamérica.
Las cifras oficiales fijaron en el 65,34 % la participación en la jornada, lo que contrasta con cálculos independientes, que situaron la abstención en algo más del 80 por ciento.
Gran parte de la comunidad internacional -con algunas excepciones como Rusia o Venezuela- considera ilegítimas las elecciones que han otorgado la reelección a Ortega y su esposa, y no reconoce los resultados.
La Unión Europea (UE) destacó que los comicios se celebraron “sin garantías democráticas” y sirvieron para completar la conversión del país en un “régimen autocrático”, mientras el presidente estadounidense, Joe Biden, las consideró “una pantomima” y prometió ampliar las sanciones económicas a Nicaragua.
El ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, calificó el proceso como “una burla” al pueblo nicaragüense, a la Unión Europea (UE), la comunidad internacional y la democracia, y exigió la liberación de los opositores y periodistas detenidos en el país centroamericano.
Estados Unidos, la UE y la Organización de Estados Americanos (OEA) ya habían condenado, antes de celebrarse los comicios, el arresto de siete precandidatos a la Presidencia de la oposición, la eliminación de tres partidos políticos opositores, la derogación de la observación electoral y el establecimiento de leyes que restringían la participación.