Crecen las tensiones entre los Gobiernos de Cuba y Estados Unidos por la manifestación del 15 de noviembre

Luisa del Llano

Los cubanos están cansados del juego de "pan y circo" que por años ha usado el Gobierno para hacerles olvidar los problemas que tienen en realidad

El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, advirtió a la embajada de Estados Unidos en La Habana contra el fomento de las protestas de los disidentes en la isla dirigida por los comunistas, el último punto de inflamación entre los rivales de toda la vida antes de nuevas manifestaciones programadas para el 15 de noviembre.

Cuba ha dicho que las manifestaciones planeadas, programadas para el mismo día en que la isla caribeña reabrirá sus fronteras al turismo, son ilegales y culpa a Estados Unidos de financiarlas. Estados Unidos ha amenazado a Cuba con más sanciones si el gobierno encarcela a los manifestantes.

En un discurso ante incondicionales del Partido Comunista a última hora del domingo, Díaz-Canel redobló las acusaciones de subterfugio de Estados Unidos, acusando a la embajada de Estados Unidos de jugar un papel en avivar las protestas.

«Su embajada en Cuba ha estado tomando un papel activo en los esfuerzos por subvertir el orden interno de nuestro país», dijo Díaz-Canel. «Los funcionarios diplomáticos estadounidenses se reúnen frecuentemente con líderes de la contrarrevolución, a quienes brindan orientación, aliento y apoyo logístico y financiero».

La embajada no pudo ser contactada de inmediato para hacer comentarios.

La sede diplomática de Estados Unidos en La Habana ha operado con una tripulación mínima desde 2017, luego de que los empleados enfermaran con lo que ahora se conoce como ‘Síndrome de La Habana’.

Las operaciones reducidas han obstaculizado la diplomacia entre los dos enemigos de la Guerra Fría y han obligado a los cubanos que buscan servicios consulares de la embajada a viajar a Guyana.

Díaz-Canel dijo que, no obstante, la embajada estaba aprovechando las comunicaciones de las redes sociales para criticar a Cuba por su «interferencia abierta en los asuntos internos de nuestro país».

La embajada en las últimas semanas ha destacado en las redes sociales los casos de varios cubanos detenidos y encarcelados luego de las mayores manifestaciones antigubernamentales en décadas el 11 de julio. Las publicaciones en Twitter piden en español la liberación de disidentes y usan el hashtag «#Presosporque , «o» ¿Por qué son prisioneros? »

Las autoridades cubanas dijeron que los arrestados en julio eran culpables de delitos como desorden público, resistencia al arresto y vandalismo.

Juan González, uno de los principales asesores sobre América Latina del presidente estadounidense Joe Biden, dijo la semana pasada a la agencia de noticias EFE que Estados Unidos respondería si los manifestantes volvieran a ser encarcelados en noviembre.

«Aquellos individuos que están involucrados en violar los derechos fundamentales y universales del pueblo cubano … les hemos dejado muy claro que tenemos toda la intención de responder», dijo González.

El resultado del enfrentamiento entre el gobierno cubano y disidentes cada vez más audaces probablemente dictará la política de la administración Biden hacia la nación isleña en el futuro, dijo William LeoGrande, profesor de gobierno en la American University en Washington.

La «retórica hostil y el apoyo a los disidentes de la administración Biden ha llevado al gobierno cubano a renunciar a cualquier esperanza de mejores relaciones con Washington», dijo LeoGrande. «Irónicamente, eso no le da al gobierno cubano ningún incentivo para tratar la próxima marcha o sus organizadores con tolerancia».