El motín sucedido en la tarde de este jueves en uno de los centros provisionales del Instituto Nacional de Migración (INM) de México, en la frontera con Estados Unidos, fue detenido por efectivos del Ejército de ese país y de la Guardia Nacional, el que había sido provocado por 14 migrantes cubanos y venezolanos. Un policía resultó herido tras el contacto con 2 de los responsables, uno de cada nacionalidad.
El centro de detención, localizado en la ciudad fronteriza de Piedras Negras (Coahuila), se encuentra albergando a «unos 300 migrantes», aunque solo tiene capacidad para 70 personas, de acuerdo con el testimonio de uno de los venezolanos detenidos.
Muchos de los migrantes interceptados denunciaron estar retenidos sin razón en dicha instalación, aún cuando a algunos les ha sido otorgado el amparo en el estado mexicano de Tabasco.
El cubano acusado de agredir al oficial fue llevado a las instalaciones de la Seguridad Pública Municipal y allí se le procesará por su responsabilidad en «los destrozos causados en la instalación y las lesiones causadas a un policía», como declaró uno de los agentes encargados, quien también indicó que el motín había sido causado porque «las personas quieren abandonar el lugar, pero esto no se puede hasta que sea valorada su situación migratoria».
En efecto, las ciudades de Piedras Negras y de Acuña, en la frontera con Estados Unidos, se han convertido en notables zonas de asentamiento y tránsito de los flujos migratorios latinoamericanos hacia el país norteño.
El gobierno de Coahuila decidió en el mes de septiembre que sus hoteles y transporte no darán servicio a migrantes para tratar de frenar el flujo de pasantes por su territorio.
El enlace municipal de Piedras Negras con la Aduana Americana, Héctor Menchaca González, alegó que se le ha dado instrucciones a las líneas de autobuses para «no trasladar a personas sin documentos».
No obstante, la disposición no ha logrado enfrentar los muchos intentos de cruce a Estados Unidos.
La Patrulla Fronteriza estadounidense rescató este martes a una familia cubana de las turbulentas aguas del río Bravo. Precisamente, Menchaca González comentó que una estrategia muy popular entre migrantes es intentar ser rescatados por autoridades norteamericanas de esa forma «con la esperanza de que les permitan quedarse en un estatus de solicitud de asilo político o humanitario».
Muchos cubanos también ha optado por cruzar hacia el estado de Texas por Coahuila, donde suelen ser liberados por las autoridades de Inmigración estadounidenses a las pocas semanas de su detención.
Miles de cubanos, venezolanos y haitianos cruzaron masivamente la frontera de México con Estados Unidos el mes pasado y acamparon ilegalmente bajo el puente de entre la ciudad de Del Río (Texas) y Ciudad Acuña (Coahuila). Luego, el Departamento de Seguridad Nacional anunció la repatriación de 2.000 haitianos, la devolución de otros 8.000 migrantes que decidieron partir hacia México «de manera voluntaria», y el inicio del procesamiento de estatus migratorio de otras 20.000 personas.