Desde que su caso tomó estado público, primero con la nota que publicó Teleshow y luego con su testimonio al periodista Mario J. Pentón del canal de noticias América TeVé de Miami, el nombre de Mavys Álvarez dejó de ser un secreto a voces. El testimonio de la cubana, que reveló haber tenido un noviazgo abusivo con Diego Maradona cuando era menor de edad, conmocionó a la opinión pública a nivel mundial y generó un cimbronazo que llegó hasta la justicia argentina.
Luego de su testimonio, una ONG llamada “Fundación por la Paz y el Cambio Climático en Argentina” realizó una denuncia ante la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (PROTEX) para que se investigue si Guillermo Coppola y el resto de los integrantes del entorno del astro del fútbol en los tiempos de Cuba a fines de los 90s incurrieron en el delito de trata de personas al traer a la joven al país “sin el consentimiento de sus padres”, y “bajo presiones”. Luego, se presentó también en la mesa de entradas de la Cámara Federal.
La propia Mavys pidió formalmente convertirse en querellante en la causa en manos del Juzgado Federal N°10 por trata de personas al ex entorno del ídolo, con ella como víctima, representada por los abogados Gastón Marano y Marcela Scotti. La Justicia federal se resolvió para que el caso quede en manos de Rafecas, que delegó la causa a Rívolo. La querella de Mavys aún no fue aceptada y la PROTEX todavía no fue convocada para intervenir en el expediente. El fiscal -que todavía no recibió las fotos y documentos enviados por Álvarez al juzgado de Ercolini-mantiene la causa en estudio y bajo estricta reserva para resolver la dirección de sus decisiones
Por este motivo, Mavys volvió a hablar con Mario J. Pentón, el periodista que la entrevistó por primera vez en Miami, para realizar un desesperado pedido a la Justicia argentina: “He notado que se ha demorando demasiado la respuesta a la querella en la que estoy participando en Argentina”, señaló la cubana, y dirigió su mensaje para el juez federal Daniel Rafecas, y para el fiscal federal Carlos Rívolo:
“Por favor le pido que tengan en cuenta mi testimonio, mi declaración. Yo no he podido viajar a Argentina por el hecho de que tengo una primera dosis de la vacuna, me falta la segunda dosis. Yo estoy esperando que me toque la segunda dosis, y si me autoriza el gobierno argentino la entrada, yo con mucho gusto estaría lo antes posible para poder rendir mi declaración”, afirmó.
Durante su mensaje, la mujer destacó la importancia de su testimonio para el avance de la causa: “Me da la impresión de que de alguna manera u otra no quieren continuar con mi caso. Espero ser escuchada, necesito ser escuchada. Lo que viví fue un infierno, espero que tengan en cuenta mi opinión antes de tomar alguna decisión respecto a mi caso. Confió en que la justicia argentina pondrá su mano para que se haga justicia en mi caso”, cerró
Entre las pruebas que Mavys presentó a través de la denuncia de la fundación, se incluyen cartas de amor, tickets de pasajes de Copa Airlines desde Panamá, recibos del hotel Hilton, una postal del Sheraton y una carta al Hilton donde Maradona se compromete a pagar todos los gastos. Está su vieja tarjeta de La Pradera, el resort donde Diego se hospedaba en Cuba en sus momentos más caóticos. Hay, incluso, recetas de analgésicos de un cirujano plástico e imágenes que la muestran bailando con Diego, junto a Guillermo Coppola, en diversos encuentros.
En su escrito remitido a Ercolini, Mavys afirmó se refirió al tormento que vivió en su sus días porteños: “Es importante para mí destacar que durante mi estadía en Argentina, en 2001, en donde permanecí durante dos meses y medio, no se me permitía salir sola de los hoteles en que me alojé, ni tampoco de un departamento ubicado en Capital Federal en dónde permanecí, habiendo siempre personas encargadas de que permaneciera allí. Durante la totalidad de mi permanencia en el país, sólo pude realizar dos actividades que elegí (una a comprar y otra al zoológico), aunque siempre acompañada por una persona hasta mi regreso”.
“Del mismo modo, en Argentina, y aún siendo menor de edad, fui presionada a realizarme una operación de aumento de mamas, la que se realizó en el país sin autorización de ninguna persona responsable por mí. En las mismas circunstancias me suministraron drogas en el país, las cuales me acarrearon una adicción durante muchos años. Las secuelas de lo que viví perduran hasta hoy”, denunció.