Adonay Frutos, la cubana que asegura haber perdido un embarazo gemelar de Maradona durante su estancia en La Habana

Luisa del Llano

Adonay Frutos, la cubana que asegura haber perdido un embarazo gemelar de Maradona durante su estancia en La Habana

Corría el mes de abril del 2004. Diego Maradona, quien por entonces tenía 43 años de edad, se encontraba internado en la Clínica Suizo Argentina luego de haber sufrido una descompensación cardíaca que lo había puesto, una vez más, al borde de la muerte. Fue entonces cuando una noticia publicada en el diario mexicano Reforma revolucionó el mundo entero: Adonay Frutos, la novia cubana del jugador, estaba embarazada de mellizos.

La publicación que sacudió al entorno del astro aseguraba que la joven, que por entonces tenía apenas 20 años de edad, era del barrio San Agustín de La Habana. Que había conocido al Diez en una disco a la que había concurrido con amigas en 2003. Y que, al igual que Mavys Álvarez, su predecesora, había convivido con Maradona en la casa de La Pradera, adonde él se había instalado desde el año 2000 para realizar un tratamiento de recuperación por su adicción a las drogas.

Por esos días, Diego se encontraba instalado en la quinta de General Rodríguez, propiedad de Pascual Mastellone, dónde pasaba largas jornadas jugando al golf. Había llegado al país procedente de Cuba hacía apenas unos días, más exactamente el 22 de marzo, con la idea de iniciar acciones legales contra Guillermo Coppola, su ex mánager, con quien había roto relaciones unos meses antes. Y su intención era volver pronto a la isla caribeña. Pero su estado de salud no se lo permitió. Y, tras abandonar el sanatorio sin el alta médica pero con el aval del doctor Alfredo Cahe después de once días de internación, debió ser ingresado nuevamente al nosocomio el 5 de mayo.

En ese tiempo, Maradona solo reconocía la existencia de dos hijas, Dalma y Gianinna, ambas nacidas de su matrimonio con Claudia Villafañe, quien en el 2003 ya le había pedido el divorcio. Todavía no había conocido a Verónica Ojeda, con quien luego tendría a Dieguito Fernando. Y, aunque la Justicia lo había obligado a reconocer a Diego Junior, fruto de su relación con Cristiana Sinagra, y a Jana, de su romance con Valeria Sabalain, él no admitía ninguna otra paternidad. De hecho, para entonces, ya había nacido Matías, el hijo de Laura Cibilla, su novia desde1998, al que él criaba como propio en la intimidad -años más tarde un dudoso ADN le dio negativo- pero también se negaba a dar a conocer públicamente esta situación.

Así las cosas, al trascender la noticia de la supuesta gestación de Adonay, el asistente personal de Diego, Gabriel Buono, viajó a Cuba junto a su esposa de entonces para llevarle un test de embarazo. El resultado fue negativo. Después de eso, Maradona volvió a la isla caribeña pero ya no a La Pradera, como él quería, sino al centro médico CESAM dónde sí pudo recuperarse de su adicción a las drogas. Dicen que, desde entonces, no volvió a ver a la joven. Sin embargo, en el mes de septiembre Frutos fue víctima de una cámara oculta que le realizó en su casa del municipio habanero de La Lisa el ciclo Magalí TV, de la televisión peruana, en el que reconocía haber perdido un embarazo de gemelos varones al caerse de una escalera mientras era perseguida por una periodista argentina.

En noviembre de ese mismo año, Frutos concedió un extenso reportaje para la revista Interviú de España en el que, por primera vez, daba detalles de su relación con el jugador. “Espero que exista un futuro bonito para nosotros. Yo no he pensado en el matrimonio, aunque mi corazón sí lo quisiera”, había declarado. Y había asegurado que le gustaría tener un hijo con Maradona. “Sí, por supuesto. Le llamaría Diego Adonis”, dijo.

Para aquella fecha, la publicación mexicana Récord había mostrado imágenes de un video de Maradona en la intimidad, supuestamente junto a Frutos, y había difundido otras fotos en las que se lo veía consumiendo cocaína. “Se han dicho muchas cosas que no siempre son verdad. En Internet se habló sobre encuentros sexuales en los que consumimos drogas y eso es mentira”, aseguró la joven.

Por otra parte, sin hacer mención a la versión de la pérdida de los gemelos que había trascendido meses antes, Adonay expresó en la misma nota: “Se ha hablado de un embarazo mío que es otra falsedad. Siento que se están inmiscuyendo en mi vida privada sin mi aprobación. Yo tengo el derecho de amar a quien quiera, sin importar su fama o su nombre”. Sin embargo, la realidad es que al terminar su tratamiento, Maradona regresó a la Argentina, dónde en 2005 comenzó su relación con Ojeda. Y ya no habría vuelto a tener ningún tipo de contacto con Frutos.

Antes de conocer a Diego, Adonay estaba abocada a sus estudios de estomatología que, según dijo su madre, Marlen, sin saber que estaba siendo grabada, abandonó para cuidar al jugador cuando comenzó su relación con él. La mujer también aseguró que su hija no era jinetera, como se conoce en la isla a las chicas que ejercen la prostitución con los turistas. Y mostró las fotos del Diez y la joven que decoraban su humilde vivienda, con sendas dedicatorias románticas, además de algún que otro pequeño obsequio que él le habría dejado.

Después de eso, poco se supo de la vida de Frutos. Aparentemente, seguiría viviendo en Cuba con su actual esposo. En sus redes sociales, dónde se muestra feliz a lado de su familia y sus mascotas, el pasado 26 de noviembre de 2020, un día después de la muerte de Maradona y a modo de despedida, hizo un posteo en el que se veía un dibujo de Diego devolviéndole “la mano” a Dios. Pero no volvió a referirse a su relación con él, al menos, hasta ahora.