El presidente cubano Miguel Díaz-Canel reconoció públicamente que existen miles de familias en la isla que viven en condición de extrema pobreza y que su Gobierno es incapaz de resolver todos los problemas nacionales actuales «de golpe».
El gobernante afirmó en una reunión celebrada con presidentes de las Asambleas Municipales del Poder Popular que la mayoría de los cubanos de ahora son fruto de «familias desposeídas» que constituyeron «la base social de la Revolución», admitiendo que muchas de las cuales «viven hoy mal» y «con muchos problemas».
Precisó que su administración no puede olvidarse de esa base social y que hay que «transformar hoy esa realidad sin ser idealistas», pues son tantas situaciones desfavorecidas que resulta imposible que se puedan resolver de forma ágil.
Comentó entonces que su administración podría ir atendiendo «las prioridades» gracias a la participación del pueblo en un «ejercicio democrático, partidista, participativo e inclusivo».
El alto funcionario también señaló que la participación popular «es un elemento imprescindible de legitimación del poder», y esta es ya muy escasa en gran parte de los habitantes de la isla, hartos y apáticos de tener que vivir en este sistema.
Díaz-Canel continuó así con el meticulosamente articulado discurso oficialista que se labró tras las protestas masivas del 11J con el objetivo de generar cierta empatía por parte de la población.
El también primer secretario del Partido Comunista de Cuba admitió hace algunas semanas que su administración debe dar solución urgentemente a la pobreza con la que viven varios grupos vulnerables de la sociedad cubana. No reveló, sin embargo, las cifras oficiales que evidencian la cantidad de personas con estos agravantes económicos y materiales.
El mandatario expresó también el interés gubernamental en proveer atención a todas las familias e individuos damnificados por una marcada brecha de desigualdad.
De igual forma, el propio presidente y demás altos cargos han visitado barrios marginales luego del estallido social que se desarrolló el pasado 11 de julio, en aras de supervisar el proceso de reparación de calles y viviendas en dichas áreas para aplacar los reclamos de sus habitantes.
Díaz-Canel también recorrió recientemente la barriada Libertad, en el municipio capitalino La Lisa, que formó parte de la estrategia del Gobierno dedicada a asistir a alrededor de 60 comunidades de La Habana caracterizadas por el abandono institucional y los altos índices de pobreza.
La prensa estatal reportó dicha visita, la cual tuvo como propósito comprobar la correcta ejecución de las inversiones de rehabilitación que llevó a cabo el Ministerio de Educación en la zona, que consta de 1.820 pobladores y que se erigió sobre unos terrenos que en el pasado fueron propiedad de Fulgencio Batista.
Únicamente en este reparto, fue necesario construir, reparar o impermeabilizar 188 casas, de un fondo habitacional de 250 viviendas.