Ganar la lotería estadounidense de visas le cambió la vida a Lisandra Tejera, una cubana de 35 años que de pronto empezó a soñar con dejar La Habana e iniciar una nueva etapa en Florida, donde vive su madre.
La realidad, sin embargo, fue muy diferente.
Tejera lleva más de cuatro semanas en Guyana con sus dos hijos y otras tres familias cubanas ganadoras de la misma lotería esperando ansiosamente que la embajada estadounidense allí les otorgue una entrevista.
Su desesperación aumenta cada día que pasa: el jueves expira el plazo para obtener las visas y si no logra la entrevista se quedará afuera del proceso y sin ningún lugar adonde ir, ya que vendió su casa y abandonó su trabajo en Cuba.
“Tenemos momentos en que lloramos muchísimo, nos desesperamos, no dormimos”, dijo Tejera a The Associated Press. “Todos los días oramos y hacemos cadenas de oración para que se haga un milagro por nosotros”.
De las cerca de 55.000 visas que se otorgaron para todo el mundo en la lotería de 2021 poco más de un millar fueron para cubanos.
La eterna espera de Tejera en un hostal guyanés es sólo un ejemplo de la odisea que viven cientos de familias cubanas cuyos sueños de llegar a Estados Unidos han quedado paralizados en los últimos años debido a la tensión política entre La Habana y Washington y la pandemia de COVID-19.
La previa administración de Donald Trump cerró su embajada en La Habana forzando a los cubanos a trasladarse a otros países, como Guyana, para ser atendidos y la pandemia provocó la cancelación de los vuelos entre La Habana y Georgetown. Muchos de los cubanos que llegan a Guyana deben volar haciendo conexiones en otros países, lo que les cuesta miles de dólares.
Funcionarios del Departamento de Estado dijeron que la pandemia ha causado “profundas reducciones” en su capacidad de procesamiento de visas. Aunque las embajadas y consulados han recibido instrucciones para que traten de priorizar los casos de loterías de visas, es probable que el gobierno no emita la cantidad que podría durante el año fiscal que está por terminar, dijo la agencia.
Al ser consultado sobre por qué no habían sido entrevistadas las cuatro familias cubanas, un portavoz del Departamento de Estado dijo que “los solicitantes cubanos no deberían viajar a Guyana para una cita de visa a menos que tengan una cita… confirmada”.
Ninguna de las cuatro familias que están en Guyana tenía citas, dijeron ellos mismos a AP.
El funcionario, que pidió mantener su nombre en el anonimato siguiendo las políticas del gobierno, expresó que las personas que ganaron la lotería de visas de 2021 sólo pueden ser entrevistadas antes de que finalice el año fiscal el 30 de septiembre. De lo contrario, podrían inscribirse para futuras loterías pero “la selección es aleatoria y el hecho de haber sido seleccionado anteriormente no tiene ninguna influencia”.
Tejera envió su solicitud para entrar a la lotería en 2019 y fue notificada de que había ganado en junio de 2020. No podía creer que a ella le había tocado una de las tan sólo 55.000 visas que el gobierno estadounidense ofrece en lotería cada año a extranjeros.
Rellenó y envió los formularios que le pedían pero con los meses empezó darse cuenta de los enormes retrasos burocráticos que existían en las agencias estadounidenses para tramitar el proceso. En mayo de 2021 se unió a una demanda de más de 20.000 personas ganadoras de la misma lotería en el mundo que no lograban avanzar con sus casos.
A pesar de no tener una cita con la embajada estadounidense en Guyana, Tejera y su familia apostaron por abandonarlo todo y hacer el viaje.
“Nos sentíamos muy esperanzados”, dijo la madre soltera de dos niños de 7 y 11 años.
En Guyana, encerrada en un hostal que hasta ahora le ha costado 2.200 dólares, ve como el dinero se va esfumando cada día que pasa.
Tras la revolución liderada por Fidel Castro en 1959 los cubanos que huían de la isla gozaron durante décadas de privilegios de migración que incluían un camino casi asegurado a la residencia permanente tan pronto pisaban territorio estadounidense. No obstante, la cancelación de esa política poco antes de que Barack Obama dejara la presidencia en enero de 2017, el recorte en la cantidad de visas de visita a Estados Unidos, la paralización de un programa de reunificación consular, el cierre del consulado y la pandemia han limitado la migración legal de cubanos en los últimos años.
Tras la llegada de la pandemia la administración Trump congeló la emisión de muchas tarjetas de residencia permanente, incluidas las visas de la lotería. Ahí surgió otra demanda de ganadores afectados y un juez ordenó reservar 9.000 visas para el año siguiente, es decir, 2021. El gobierno de Joe Biden eliminó el congelamiento, pero el Departamento de Estado aún no ha emitido la mayoría de las visas de este año fiscal.
Otras de las varadas y ganadora de la lotería es Aliuska Guerra.
La peluquera cubana de 28 años viajó a Guyana hace dos meses con su esposo y su hijo, que acaba de cumplir tres años. Vendieron su casa, renunciaron a sus trabajos y sacacron de la escuela a su niño.
La madre y hermana de Guerra, que viven en el sur de Florida, les prestaron 15.000 dólares para poder comprar los pasajes.
“Estamos rogando, desesperados, atrapados sin saber qué hacer”, expresó la mujer.
Ganar la lotería de visas fue “la mayor alegría” que tuvo, dijo, después de años de haber agotado otras instancias para reunirse con su familia en Miami. Casi un año después, en abril pasado, la embajada de Guyana les notificó que serían entrevistados, pero hasta ahora la única respuesta que han recibido es que no les ha llegado la notificación para entrevistarlos del centro de procesamiento de visas de Kentucky.
“Nunca pensamos que nos quedaríamos aquí sin opción de dónde ir”, dijo la mujer tras explicar que en Guyana no tienen permiso de trabajo y a su familia le resulta imposible mantenerse muchos meses más. Aun si quisieran volver a Cuba deberían reinvertir 15.000 dólares en pasajes que no tienen, explicó.
La única esperanza de Guerra y Tejera en estos momentos es que el juez Amit Mehta que preside el caso de los demandantes -entre los que ellas se encuentran- decida reservar visas para ellas y sus familias. Mehta ha dicho que tomaría una decisión antes del vencimiento de las visas.
Para el abogado Curtis Lee Morrison, que defiende a miles de demandantes incluidas las familias cubanas, la decisión de Mehta “es la esperanza más viable que tienen”.
“Hay una posibilidad pequeña de que el Congreso haga algo si la Corte no lo hace, pero parece que el Congreso no es ni siquiera capaz de financiar el gobierno así que…”, dijo Morrison.
La posibilidad de que el juez no tome una decisión es algo en lo que las familias cubanas prefieren ni pensar.
“Tendríamos que ver a qué país podemos movernos, no sabríamos qué hacer”, dijo Guerra.