Diez países, miles de dólares y peligrosas selvas y caminos: La ruta de los cubanos en busca el ansiado «sueño americano»

Laritza Sánchez

Diez países, miles de dólares y peligrosas selvas y caminos: La ruta de los cubanos en busca el ansiado "sueño americano"

El diario uruguayo El País reportó este domingo cómo se ha producido todo un fenómeno migratorio desde su nación hasta Estados Unidos por parte de emigrados cubanos, los que prefieren arriesgarse a emprender una peligrosa travesía hacia el norte antes que quedarse en la compleja situación económica que caracteriza a Sudamérica en estos momentos.

El periódico explicó que los emigrantes isleños, ya habiendo emprendido un peligroso viaje antes para llegar a Uruguay, deciden llegar a Estados Unidos para vivir el «sueño americano», por lo que tienen que atravesar un mínimo de 10 países (Brasil, Perú, Ecuador, Colombia, Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Honduras, Guatemala y México) e invertir entre 7.000 y 10.000 dólares.

El medio comentaba que Uruguay ha recibido gran afluencia de ciudadanos cubanos en los últimos 10 años, y el flujo migratorio se incrementó aún más en la transición entre las eras de Barack Obama y Donald Trump como presidentes estadounidenses. De esta forma, Uruguay se posicionó como «vía de escape» para la isla, según El País, debido a las restricciones para emigrar a tierra norteamericana.

Contó entonces que la pandemia del coronavirus ha afectado en tal medida a la economía nacional uruguaya que son muchos los cubanos asentados que deciden marcharse.

Datos oficiales de la Dirección Nacional de Migración del país sudamericano muestran que fueron 1.816 cubanos los que ingresaron a Uruguay por puestos migratorios en los 8 primeros meses del 2021, y 2.687 fueron los que salieron.

Yoendris Lastre Bello, portavoz de la comunidad cubana en Uruguay y empleado del punto de atención a migrantes de su Ministerio de Educación y Cultura, declaró al medio uruguayo que «el cubano lleva la migración a Estados Unidos en sus genes».

Indudablemente, fue la llegada de Joe Biden a la Casa Blanca lo que despertó un halo esperanzador entre los cubanos residentes en Latinoamérica sobre el retorno de la política de «pies secos, pies mojados» (derogada por Obama en 2017) y la posibilidad de labrarse un mejor futuro en Estados Unidos.

La esperanza y la necesidad se mezclaron especialmente una vez que llegó la pandemia.

Silvia Rivero, investigadora de Trabajo Social en la Universidad de la República, explicó al diario del país sudamericano que a los cubanos que llegan a Uruguay se les imponen ciertos trámites, dineros y garantías, algunos de los cuales son difíciles de conseguir. «Incluso es complicado para aquellos que son universitarios, porque no tienen cuentas bancarias y a veces ni siquiera traen los títulos profesionales apostillados. Del poco dinero que traen, casi todo se les acaba en el trayecto durísimo que hacen en el camino por Guyana y Brasil. Las redes de tráfico les van quitando todo. Y por eso en Uruguay terminan viviendo en condiciones precarias, hacinados en pensiones y trabajando en los servicios peor pagados”, dijo Rivero.

Yoendris, otro cubano resumió de esta forma el panorama: el cubano no se ha adaptado bien al clima de la nación, enfrenta la soledad de tener separarse de la familia, y reconoce que es un país muy caro, amén de que admire las oportunidades de Uruguay como país democrático.

La ruta que conecta Uruguay y la frontera estadounidense llegaba a simplificarse una vez se alcanzaba la embajada de Nicaragua en la nación sudamericana, pues esta concedía visas de ingreso a los cubanos y se usaba, entonces, como “trampolín” para evitar la parte de la travesía que consiste en cruzar la temida selva del Darién, una de las zonas más peligrosas de América Latina.

Pero la sede diplomática de Nicaragua suspendió la entrega de visados y cerró su oficina en Uruguay para trasladarse a Chile, lo que generó varias protestas.

En Uruguay, los cubanos también han encontrado dificultosas las condiciones de residencia.

Respondiendo al incremento de inmigrantes de origen cubano, venezolano y dominicano en territorio uruguayo, las autoridades migratorias del país explicaron, el pasado octubre, que se estarían añadiendo más requisitos a aquellos dispuestos para otorgar visas de residencia permanente a ciudadanos de Latinoamérica y el Caribe.

La modificación fundamental consistió en una subida de casi un 40%, por parte del Ministerio de Interior, del ingreso económico exigido para regularizar la estancia en el país, ascendiendo de 16.300 (actual sueldo mínimo) a 26.800 pesos. Dicho ingreso económico es indispensable para aquel que quiera regularizar su instalación en el país sudamericano y obtener la cédula de identidad.

Las autoridades de Uruguay deshabilitaron hace dos semanas una red que captaba migrantes de la isla para llevarlos al mismo país o con la intención de finalmente llegar a Estados Unidos a través del cruce de fronteras terrestres.