El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, ha vuelto a pedir al Gobierno de Cuba que respete los Derechos Humanos y las libertades fundamentales, con motivo de la clausura de la Asamblea General de Naciones Unidas.
En un comunicado, Blinken ha resaltado que el foro internacional sirve para que los líderes internacionales se reúnan para abordar los asuntos más acuciantes de sus países y de su ciudadanía.
En este sentido, el titular del Departamento de Estado ha recordado que el 11 de julio, “decenas de miles de cubanos” en todo el país salieron a las calles para pedir “pacíficamente” respeto por sus Derechos Humanos y libertades fundamentales.
“En respuesta, las fuerzas de seguridad cubanas reprimieron violentamente las protestas, arrestaron a cientos de manifestantes que simplemente ejercían sus derechos a la libertad de expresión y a la reunión pacífica”, ha lamentado Blinken.
A su vez, ha vuelto a denunciar que manifestantes y defensores de los Derechos Humanos han sido encarcelados desde entonces como resultado de procesos que no se han desarrollado de manera “justa”.
“Algunos han informado sobre abusos físicos mientras estaban bajo custodia. Otros permanecen incomunicados o siguen arrestados sin cargos”, ha agregado.
Por ello, ha considerado que es “vital” que la comunidad internacional se exprese en contra de la represión y los arrestos en masa de manifestantes cubanos; que pida la liberación de todos los detenidos “injustamente”; y apoyen el deseo de los cubanos de decidir su propio futuro.
“Urgimos al Gobierno cubano, un miembro del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, a respetar los Derechos Humanos y las libertades fundamentales de la ciudadanía cubana, consagradas en la Declaración Universal de los Derechos Humanos”, ha insistido Blinken, que ha remarcado el compromiso de Washington con la ciudadanía cubana, al tiempo que ha afirmado que se emprenderán medidas para hacer que el Ejecutivo cubano “rinda cuentas” por sus abusos a los Derechos Humanos.
Ciudadanos cubanos salieron a las calles para expresar su descontento por la carestía de productos básicos, como alimentos y medicinas y miembros de la comunidad internacional y ONGs, entre otros, denunciaron una dura represión contra los manifestantes. El Gobierno cubano consideró que ha visto “escenas peores” de represión y violencia policial en Europa y negó un “estallido social”.