Cuatro inmigrantes cubanos fueron detenidos por la policía estatal de Texas después de cruzar de forma ilegal el Río Grande para ingresar en territorio estadounidense en busca del sueño americano, tras meses de desesperación varados en territorio mexicano.
Ellos formaban parte de los cientos de migrantes que llevan días apostados bajo el puente fronterizo internacional de Río Grande, en espera de una respuesta por parte de las autoridades estadounidenses, a quienes le reclaman una solución para sus casos de asilo político.
Williams Ramón Díaz Rodríguez, de 28 años; Luis Ramón Díaz Rodríguez, de 56 años; Rosa Reyes, de 29 años y Jordan Hernández, de 45 años; fueron detenidos y esposados a unos 500 metros del puente fronterizo, cuando ya se encontraban en suelo americano.
Según contaron a los oficiales de Inmigración, los cuatro salieron hace dos meses de Cuba, tras las protestas del 11 de julio, pues participaron y temieron ser arrestados por ello.
“Estoy aquí porque no estoy de acuerdo con la ley cubana. No tenemos libertad de expresión y las protestas son objeto de abusos y amenazas”, comentó Williams Ramón a uno de los oficiales que lo detuvo.
El joven de 28 años dijo que el viaje a la frontera de Estados Unidos comenzó con un viaje en bote a Guyana, seguido de una caminata hacia el oeste hasta Perú.
Desde allí, se dirigió al norte hasta Ecuador, luego a través del peligroso tapón del Darién, Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Honduras, Guatemala, Colombia y finalmente a través de México.
La Guardia Fronteriza de Estados Unidos y las agencias locales de aplicación de la ley están tomando medidas enérgicas contra los cruces fronterizos ilegales a lo largo del Río Grande en Texas luego de una reciente afluencia de inmigrantes.
Cuando se les preguntó por qué eligieron el cruce de Río Grande, dijeron que entre los cubanos se había extendido el rumor de que esa era la ruta más segura a los Estados Unidos.
“Lo supimos gracias a algunas personas que habían viajado por esta vía y nos enseñaron cuál era la ruta. Sabíamos que era peligroso y sabíamos que estábamos poniendo en peligro nuestras vidas, pero como dice el refrán, el que no arriesga, no gana”, afirmó Jordan Hernández.
Este grupo, como muchos inmigrantes, fue recibido por la presencia de las fuerzas del orden de Estados Unidos, quienes han desplegado un amplio operativo policial con una flota de patrullas a lo largo de varios kilómetros en la zona del puente fronterizo.
Para cuando llegaron estos cubanos, el área estaba repleta de policías que miraban desde un camión estacionado en lo alto de una loma con vista al Río Grande.
El grupo fue recogido y esposado tan pronto como se acercaron a la cerca. La minivan de Aduanas y Protección Fronteriza llegó y reunió a los cuatro para procesarlos, aunque ellos dijeron que deseaban probar miedo creíble para poder solicitar asilo en Estados Unidos.