Actualmente la población cubana sufre fuertemente por la crisis alimenticia. La poca oferta en las tiendas, la compra-venta mediante la ilegalidad, precios abusivos y los centros de venta en Moneda Libremente Convertible (MLC) en los que un grupo determinado puede comprar son algunas de las razones.
La carencia describe a la perfección la situación del país. Aquí se observan agro-mercados con poca mercancía y una libra de arroz cuesta 60 pesos cubanos. La carne es un alimento que se consume irregularmente, mientras que el pollo reina en la cocina. Todos los días se complejiza más alimentar a la mayoría de núcleos familiares en la isla. ¿Usted posee una tarjeta en MLC o dependes de la venta normada de alimentos?
Laura, una joven de 24 años que vive con su hija y su pareja, fue una de las expresó sus inquietudes. Nos comenta que la alimentación de su pequeña es la que más dificulta, mientras ellos se adaptan a cualquier cosa. Dice que tiene amistades que le facilitan colarse y ha podido adquirir pollo muchas veces, en casa siempre tienen. Aun así, con la pequeña es otro escenario, por los refrigerios entre comidas.
Su niña tiene tres años de edad. A ella lo que le gusta tomar es compota, pero ya se la retiraron de la venta normada, también consume yogurt entre otros alimentos que se comercializan en las tiendas en MLC. Con su pareja divide los gastos. Su marido paga los gastos del hogar y el servicio eléctrico mientras que lo que ella gana se convierte el MLC para adquirir cositas como el queso y demás. Por otra parte, el Gobierno continúa dándoles leche en polvo y la cambia por otras cosas como huevo, compotas, etc. porque a la niña no le gusta. Esta es otra vía por la cual consigue alimentos.
Expresa que los alimentos que comen no varían y que es muy difícil porque los pequeños no comprenden la situación. Si alguno desea comer un dulce o caramelo solo puedes conseguirlo en MLC
En otro momento de la entrevista nos explica que el gobierno cree que vendiendo el polvo para batido alivian el problema, pero no, ya que necesita leche para tener sabor. Algunos trabajan y resuelven o usan dinero que tenían guardado, pero muchísimos en todo el país no poseen casi nada. Comprar en un establecimiento estatal es una tortura, al llegar a las 5 de la madrugada ya eres número mayor al 40, ya que lamentablemente, a las colas también se les saca dinero.
Más adelante afirma que es un extremismo decir que se mueren de hambre, aunque muchos se duermen sin cenar. Comen lo que tengan, aunque no les guste, pero los pequeños no entienden. Para ellos es tan simple, si no me gusta, no comen. Por suerte, ella le ofrece a su niña los alimentos que le gustan, pero dice que muchos padres, no lo pueden hacer por no tener MLC.
Nuestra redacción llegó a una cola y tuvo unas palabras con Annet, quien expresó: que de tanto comer pollo ya no sabe cómo lo va a hacer. Dice que, en casa de un ciudadano cubano, las personas se nutren de lo que hay. Muy pocas personas ya no consumen fibras, y para conseguir alimento tienen que hacer colas interminables con extremo cuidado para no contagiarse en medio de la compleja situación epidemiológica existente.
Muchas personas dependen de alimentos que les venden en los centros laborales, conocidos como módulos o combos y por ahí, resuelven algo. Por ejemplo, tenemos el caso de Sonia quien nos comentó que, en su caso, la última carne de puerco la adquirió en la provincia de Artemisa y estaba a 70 pesos la libra. Por suerte, dice que no ha hecho colas ya que, trabaja con varios centros donde podía adquirir combos alimenticios o de limpieza y aseo personal. En estos momentos la situación es otra, únicamente en la compañía agrícola de la provincia de Artemisa es donde puede comprar varios alimentos como galletas, arroz, mayonesa, papas, frijoles y salsa napolitana.
También comenta que mediante la plataforma de ventas tuenvío.com no ha conseguido adquirir alimentos, no la manejo mucho y además soy muy impaciente, en cambio, le transfirió el dinero a una amiga y ella sí logró conseguir un combo. Por suerte en casa todavía tiene pollo por unas cajas que compro a finales y principio de año, pero no van a comercializarlas más.
Expresa que no es de una familia extensa. En la capital tienen tres viviendas, una de su hermana, una de su prima y la suya. Entre todos se intercambian lo que tienen y así colaboran unos con los otros. En su casa, su madre es la encargada de la cocina y lo hace muy bien, tiene mucha creatividad y tiene muy buena mano por eso ella entra a la cocina. Su madre logra economizar los alimentos y cocina cualquier cosa, arroz con perro, con ahumados hasta arroz frito hace.
Otra apreciación de la situación que atraviesa el país nos la ofrecen Daniela y su marido. Nos explicaron que los cubanos sobre todo los más pequeños, durante esta situación epidemiológica, se han alimentado de bastante embutido, perritos, pollo (con muy poco sabor ya que no hay condimentos para cocinarlo), y picadillo. Mientras que los que tienen leche en polvo porque el Estado se la vende, hacen natillas si logran adquirir la maicena y consumen yogurt cuando aparezca.
Nos cuentan que es muy trabajoso comprar en los establecimientos del Estado, tienen que coger un turno a primera hora para tener esperanzas de comprar algo. Por otra parte, si consiguen pollo, aunque pasen siete días no se les permite adquirir más, aunque se les acabe, pues las compras son cada 15 días ya que escanean el carné. Continúa diciendo que hay que hacer colas muy largas y extenuantes, que, si tu pareja trabaja y tú no lo haces, tienes que ir sin compañía a hacer la compra. Si tu núcleo familiar es de cuatro personas, las compras duran menos. En el horario de la merienda no tienen nada que comer. El yogurt, el helado, son productos que ya no se encuentran. Esta es la única vía que tiene el cubano para comer, nos confirmaron.