En su muy amplia campaña de «maquillaje político» para tratar de mejorar su imagen pública luego de llamar a la violencia el pasado 11 de julio, el presidente cubano y primer secretario del Partido Comunista de Cuba (PCC), Miguel Díaz-Canel, se reunió con los líderes de las sociedades religiosas y asociaciones fraternales con representación en el país.
El Noticiero Nacional de la Televisión Cubana (NNTV) evitó mencionar que los masones se negaron a participar en el encuentro, pero sí recalcó que los abakuás, hebreos, espiritistas, islámicos y demás, apoyaron la conclusión de la comparecencia con «una oración para bendecir la patria».
El mandatario dedicó unas palabras al papel de la religión en la sociedad cubana actual, alegando que: «Ustedes son personas de mucho sentimiento, de muchas emociones, que defienden desde lo espiritual el mejoramiento humano y eso coincide perfectamente con todas las ideas que nosotros también tenemos. Somos parte de un mismo pueblo, somos parte de un mismo proyecto que defendemos y con el cual nos sentimos comprometidos, y somos parte también de la convicción de que podemos tener un país mejor, de que la obra revolucionaria se puede perfeccionar, se puede perfeccionar el socialismo».
Además, consideró que con esta reunión se «está fortaleciendo el respeto con el que siempre nos hemos tratado (…) Eso nos está dando la unidad necesaria para que sea mejor la patria, la Revolución y el socialismo».
La prensa oficialista cubana, encabezada por el periódico estatal y órgano del PCC, Granma, reseñó que en el intercambio se encontraban «representantes de diversas religiones: judíos, islámicos, budistas, cristianos, espiritistas de religiones de origen africano y orientalistas, así como de asociaciones fraternales a título personal o institucional».
Por su parte, el coordinador de la Plataforma Interreligiosa en Cuba, Dr. Enrique Alemán Gutiérrez, afirmó al presidente que «usted cuenta con el pueblo religioso cubano, presidente, en toda la extensión de la palabra».
Pedro Pablo Linares González, presidente de la Liga Islámica de Cuba, aseguró que la Revolución «es nuestra, es la que elegimos, es la que decidimos seguir. ¿Por qué no nos dejan? ¿Si la Revolución es tan mala por qué no nos dejan equivocarnos a nosotros solos? No nos apoyen, no. No nos ayuden. Pero tampoco nos pongan traspié, déjennos caer solos. ¿Por qué no lo hacen? Porque saben que están errados».
Además, el presidente de la Asociación Abakuá de Cuba, Orlando Gutiérrez Boza, alegó que «los problemas los conocemos y los problemas los vamos a resolver nosotros mismos. Por tanto, hermanos, los llamo a seguir con la unidad, a eso de luchar por todo lo que nos une contra todo lo que nos divida… Y sin temor porque lo aprendimos de nuestros antecesores: No es que seamos guapos, es que no tenemos miedo».
El vicepresidente coordinador de la comunidad Hebrea de Cuba, David Prinstein Señorans, explicó que «tenemos que ser cada vez más inclusivos tanto en el pensamiento como en la forma de ser», mientras que la directora de la asociación espiritista Quisicuaba, Gisela Braña Fernández, se refirió a las obras sociales.
Por su parte, la directora general de Soka Gakkai de Cuba, Joannet Delgado de la Guardia, comentó que «no puede existir paz si dentro del corazón del ser humano no hay paz. Si esas personas están movidas por el odio, por la envidia… Hay que esforzarse por lograr rescatar los valores».
En el encuentro también participaron Norberto Quesada Rodríguez, Roberto Padrón Silva y José Knights Rodríguez, quienes se desempeñan, respectivamente, como presidente de la Convención Evangélica de Cuba «Los pinos nuevos», presidente de la Asociación Cultural Yoruba de Cuba y presidente del Cabildo Arará y practicante del Palo Monte y la Santería. El evento finalizó con una oración pronunciada por la vicepresidenta de la Iglesia de Dios en Cristo y de la Confraternidad de Pastores y Ministros Evangélicos de Cuba, Rosa Maday García García.
El intercambio, sin embargo, no contó con la presencia de ningún representante de la masonería cubana, a raíz de que el IH Ernesto Zamora Fernández, Muy Respetable Gran Maestro de la Gran Logia de Cuba, negó la invitación. El rechazo se debió a que el Consejo de Estado no invitó al Soberano Gran Comendador del Supremo Consejo del Grado 33, IPH José Ramón Viñas Alonso por la crítica que hizo a la violencia que desencadenó Díaz-Canel entre los cubanos el pasado 11 de julio.
Y es que la orden de combate que pronunció el presidente no ha sido aún borrada de la memoria del pueblo cubano, incluso cuando toda la campaña de «maquillaje político», de la cual forman parte los diálogos en cuestión, pretende disimularla.