Debido al creciente flujo de migrantes cubanos que cruzan por los territorios de Colombia, Panamá y Costa Rica en su intento de alcanzar la frontera de Estados Unidos con México, los Gobiernos de estos tres países centroamericanos han decidido adoptar medidas conjuntas para regular la alarmante corriente migratoria.
El acuerdo pretende controlar el paso de migrantes entre estos territorios para velar por sus vidas y por la ejecución de las medidas preventivas sanitarias referentes a la pandemia del coronavirus.
Los directores de Migración de estos 3 países firmaron el documento en el que finalmente aceptan su «corresponsabilidad» en esta ola migratoria sin precedentes y en el que se han comprometido a atender y a respetar los derechos humanos de los migrantes.
Los representantes nacionales aseguraron que, conscientes de que no son «países de destino», comenzarán por la adopción de cuotas diarias de accesos a través de sus fronteras y por el reforzamiento de la «lucha contra el crimen organizado, el tráfico y la trata de personas».
Panamá y Colombia ya habían previamente acordado limitar el tránsito migratorio diario por el paso fronterizo del Darién a 650 personas para el mes de agosto y a 500 personas para el mes de septiembre.
El Gobierno de Panamá ha puntualizado que alrededor de 55.000 migrantes han ingresado en su país en lo que va de año 2021 para llegar luego a Estados Unidos.
Los Directores Generales de Migración de Costa Rica, Colombia y Panamá han hecho hincapié en la importancia de conformar una alianza de cooperación internacional para atender estos flujos migratorios y detener las violación de derechos humanos que se dan en las redes de «coyotes».
El interés por proteger las vidas de los migrantes se incrementa en el caso de los que cruzan la frontera entre Colombia y Panamá, por la espesa zona selvática del Tapón del Darién (también conocida como la Selva del Darién).
En el Darién no solo se pueden esperar características naturales extremas e inhóspitas, sino que hay abundancia de bandas criminales y animales salvajes, y la población local ya está manifestando actitudes de xenofobia contra los migrantes por el desbordado flujo que se ha conformado en el último lustro.
Raquel Vargas, Juan Francisco Espinosa y Samira Gozaine, responsables del departamento de Migración por Costa Rica, Colombia y Panamá, respectivamente, refirieron que les preocupa la concentración de migrantes varados en el municipio colombiano de Necoclí (departamento de Antioquia).