La pandemia amenaza a los cubanos con mostrar una cara aún peor que la que se ha vivido durante los últimos meses, con hospitales y servicios necrológicos colapsados, salas de ingresos sin medicamentos para el tratamiento de pacientes y miles de contagiados teniendo que enfrentar los embates de la COVID-19 en sus hogares por falta de camas en los centros de asistencia de salud.
El propio presidente Miguel Díaz-Canel ha reconocido hoy que la situación se les ha ido de las manos y que el país se encuentra «al límite de lo que es posible hoy en las condiciones que tiene» la isla.
«Estamos en el límite de las capacidades que tenemos de infraestructura hospitalaria, de recursos, de medicamentos y de oxígeno», advirtió el mandatario, durante un encuentro con sede en el Palacio de la Revolución y enlazado a través de videoconferencia con todas las provincias y el municipio especial Isla de la Juventud.
«O entendemos esa gravedad y ahorramos; somos más eficientes; más efectivos; nos ponemos de lleno para cortar el contagio, o no vamos a tener soluciones, sencillamente porque la velocidad de transmisión es más alta que lo que podamos tener en recursos e infraestructura», agregó.
El sistema de salud pública cubano no da abasto para atender en sus centros a todos los enfermos, mientras la población enfrenta un serio déficit de pruebas PCR y test rápidos, la falta de médicos en los hospitales y la venta de medicamentos en el mercado negro a precios exorbitantes.
El transporte fúnebre y los cementerios de varias provincias también han colapsado, y el Gobierno se ha visto obligado a echar mano de camiones y transportes privados para poder llevar los cadáveres a los camposantos, donde muchas veces son enterrados en fosas comunes por falta de nichos.
El Gobierno cubano evita revelar las cifras reales de decesos provocados por la pandemia en Cuba, según reveló a esta redacción el doctor Yaser Pando Hernández. Sin embargo, las cifras de fallecidos reconocidos oficialmente en los últimos diez días han sido de las más altas en 17 meses.