La Casa Blanca aseguró este miércoles que sigue «revisando» su política hacia Cuba y que cualquier modificación buscará «incentivar un cambio de comportamiento» del Gobierno cubano, además de tener en cuenta las inéditas protestas del domingo en la isla.
«No hay duda de que las protestas del fin de semana y los eventos de los últimos días son eventos importantes, las protestas más grandes que hemos visto en Cuba en mucho tiempo, que obviamente tendrán un impacto en nuestra forma de proceder; veremos cómo se desarrollan las cosas en los próximos días y desarrollaremos nuestras respuestas políticas en consecuencia. No queremos hacerlo de forma aislada, queremos verlo con un enfoque integral en mente», dijo la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, en una conferencia de prensa.
Casi seis meses después de llegar al poder, el Gobierno del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, no ha cumplido por ahora su promesa electoral de «volver» al proceso de deshielo con Cuba iniciado por el mandatario Barack Obama (2009-2017), del que fue vicepresidente.
Psaki recordó que los cambios que impulsó el presidente Donald Trump (2017-2021) para dar marcha atrás al deshielo fueron «significativos», y que la Casa Blanca sigue estudiando qué política es la que mejor apoya la promoción de la «democracia y los derechos humanos» en la isla.
«Queremos hacer esto a través del prisma de lo que va a ayudar directamente al pueblo cubano y lo que va a ayudar a incentivar un cambio de comportamiento (del Gobierno cubano), si eso es posible», aseguró la portavoz.
En abril, Psaki había declarado que cambiar la política hacia Cuba no era una prioridad para Biden, y en junio EEUU demostró que no tenía especial interés en revocar las medidas de Trump, al votar en contra de la resolución anual de la ONU que condena el embargo estadounidense a la isla, en lugar de abstenerse, como hizo el Ejecutivo de Obama.
Respecto a la situación actual en la isla, la portavoz volvió a pedir «la liberación rápida de los manifestantes pacíficos que han sido injustamente detenidos».
«Las protestas en Cuba han parado casi del todo debido a la violenta represión del régimen y sus represalias contra los cubanos que han ejercido sus derechos fundamentales y universales. Esto es inaceptable», recalcó Psaki.
Miles de cubanos tomaron las calles el domingo para protestar contra el Gobierno al grito de «¡Libertad!» en una jornada inédita que se saldó con decenas de detenidos y enfrentamientos después de que Díaz-Canel conminara a sus partidarios a salir a enfrentar a los manifestantes.
Las protestas, las más fuertes que han ocurrido en Cuba desde el llamado «maleconazo» de agosto de 1994, se produjeron con el país sumido en una grave crisis económica y sanitaria, con la pandemia fuera de control y una fuerte escasez de alimentos, medicinas y otros productos básicos, además de largos cortes de electricidad.