Si de seguir dejándose llevar por los encantos de La Habana se trata, algo que de seguro será una experiencia inolvidable es el montarte en la “Lanchita de Regla”.
Aunque para la gran mayoría el recorrido en la lanchita tan solo es la vía más rápida para llegar al municipio Regla, no pocos aseguran que es allí donde se les piden los deseos más entrañables a los santos al dejar caer alguna moneda al agua.
Actualmente el abordar la Lanchita de Regla es muy diferente a como solía serlo años atrás, ya que, al llegar a El Emboque de Luz, lugar donde comienza el viaje, se puede apreciar que el cambio en el sitio ha sido impresionante.
Cubierta por una fachada de cristal, se encuentra desde hace algún tiempo esta instalación de dos plantas frente a la Bahía habanera. La primera funciona como muelle desde las 4 AM hasta las 11:30 PM. La segunda, por su parte, sirve de cafetería-mirador y permanece abierta durante las 24 horas del día, con un servicio en doble moneda. Entre las características más novedosas, el nuevo local tiene asientos, teléfonos, cajeros automáticos, baños y cafeterías.
La Lanchita de Regla es una de las formas más económicas y rápidas de trasladarse de la capital cubana, y a su vez uno de sus más tradicionales símbolos.
Quizás lo que más llama la atención de las personas que cruzan la bahía en la lanchita es la hermosa vista al mar que se puede apreciar durante el recorrido. Además, también se habla mucho de las historias de la custodia de estas aguas por la mismísima Virgen de Regla.
La frecuencia de cada viaje hacia Regla o Casa Blanca es de 15 minutos o menos y cada 30 se produce uno entre los dos poblados. A las 4:00 am sale la primera lanchita y la última a las 12 am. La capacidad de estas es de 90 personas.
En caso de no tomarse la lanchita, el recorrido por tierra para llegar a Regla (o a La Habana según el caso) implica viajar en el denominado anillo que circunda la ciudad, lo cual toma cuando menos media hora, llegando a ser mucho más en los horarios picos en que se congestionan todas las vías de la ciudad.
Pese a que se trata de un corto trayecto, existen una serie de medidas a cumplir por parte de los viajes, quienes tienen prohibido transportar motocicletas y bicicletas con motor de combustión interna, recipientes de cristal de más de 200ml, triciclos, animales (salvo peces y aves ornamentales), envases con combustible, residuos de comida, entre otros.
De cualquier forma, el simple hecho de sentir la brisa fresca de la bahía de La Habana y el sonido relajante de las olas, hace que este pequeño paseo de tan solo cinco minutos sea una parada obligatoria en la visita a esta parte de la ciudad y la oportunidad perfecta para pedir la bendición al Santuario de la Virgen de Regla.
