Como parte de los ensayos clínicos, la intervención sanitaria en grupos y territorios de riesgo, los estudios de intervención en personal de la salud y del Grupo Empresarial BioCubaFarma, dos millones 696 mil 277 personas han recibido al menos una dosis y un millón 973 mil 744 la segunda.
Las autoridades de salud y los científicos cubanos han expresado en reiteradas ocasiones la necesidad de completar los esquemas de vacunación y lograr altas coberturas para poder interrumpir la transmisión del SARS-CoV-2, virus causante de la COVID-19, y de esta forma beneficiar a grupos vulnerables que hasta el momento no se pueden inmunizar.
Al respecto, las doctoras Sonia Resik Aguirre, investigadora principal de la intervención sanitaria con el candidato vacunal Abdala, y Belkys Galindo Santana, responsable de Vigilancia de Eventos Adversos por el Programa Nacional de Inmunización, expresaron que para todas las vacunas que se aplican en el mundo, el organismo demora en desarrollar los mejores valores de inmunidad entre 14 y 21 días después de administrada la última dosis.
Sin embargo, no todas las personas vacunadas -sin importar el padecimiento– logran esa deseada inmunidad, porque depende de dos factores: el inmunógeno y la genética del individuo, además de que no existe una vacuna 100 por ciento (%) efectiva, puntualizaron.
Las especialistas del Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí explicaron que mientras más personas reciban esos fármacos, más alta será la cobertura de vacunación y mayor la inmunidad efectiva, que pasará de ser individual a inmunidad poblacional o de rebaño.
«De igual forma, disminuirá la posibilidad de que se produzca la enfermedad cuando se logren altas cifras de vacunados en el país y hasta que ese momento llegue es necesario continuar utilizando el nasobuco (mascarilla sanitaria) y mantener las medidas higiénicas y de distanciamiento», han asegurado las autoridades sanitarias.
«Los resultados de eficacia de nuestros candidatos vacunales Soberana 02 (62 % con dos dosis) y Abdala (92,28 % en tres dosis), más que confiarnos en el actuar diario, constituyen un desafío para ser más cuidadosos y acompañar con responsabilidad los esfuerzos que hace la ciencia cubana para defender la vida», advirtió el ministro.