La administración del presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, dejó claro hoy que no piensa por ahora suavizar su política hacia Cuba, y que seguirá de momento con la misma línea dura del anterior presidente, el republicano Donald Trump, quien durante sus cuatro años en la Casa Blanca endureció las sanciones del embargo contra la mayor de las Antillas.
Al menos eso se intuye del voto hoy en la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas, donde Cuba presentó hoy una resolución para exigir el fin del embargo comercial, económico y financiero que mantiene Estados Unidos contra Cuba desde hace más de 60 años. Estados Unidos volvió a votar en contra, apoyado nuevamente en solitario por Israel; mientras que la propuesta del Gobierno cubano fue apoyada por 184 naciones.
La votación se hace desde 1992 y no tiene carácter vinculante, por lo que Estados Unidos puede hacer caso omiso de la opinión del resto de los países.
“¡Contundente victoria! El discurso imperial cínico, mentiroso y calumnioso es tan inmoral, descarado y obsoleto como lo es el criminal bloqueo. El mundo está con Cuba”, celebró a través de las redes sociales el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, inmediatamente después de la votación.
La votación de la resolución fue la primera con el demócrata Joe Biden al frente del Gobierno estadounidense, pero ello no cambió el voto negativo de Washington.
En 2016, con la Administración de Barack Obama (2009-2017), en la que Biden era vicepresidente, EE.UU. se abstuvo por primera vez, permitiendo que el texto saliera adelante sin oposición en un momento de acercamiento con La Habana.
Tras la llegada al poder de Donald Trump (2017-2021), EEUU volvió a su tradicional rechazo de esta resolución, que por ahora Biden ha optado por mantener.
La nueva Administración estadounidense ha dejado claro que retomar el acercamiento con Cuba no es una de sus prioridades, a pesar de que se ha comprometido a revisar las medidas impuestas por la Administración Trump, en especial la de incluir a la isla en la lista de países patrocinadores del terrorismo.
Antes del voto, el coordinador de política de la misión de Estados Unidos ante la ONU, Rodney Hunter, dijo que las sanciones impuestas a países son una forma legítima de llevar a cabo política exterior, temas de seguridad nacional y otros objetivos.
“Estados Unidos no está solo en esta opinión o en esta práctica. Las sanciones son un solo grupo de herramientas en nuestro esfuerzo más amplio hacia Cuba para que progrese la democracia, se respeten los derechos humanos y se ayude al pueblo cubano a ejercer las libertades fundamentales escritas en la Declaración Universal de Derechos Humanos,” dijo Hunter. “Entonces, nosotros nos oponemos a esta resolución”, añadió.
Hunter también dijo el miércoles que su país reconoce los desafíos que viven los cubanos. “Es por eso que Estados Unidos ofrece de forma significativa productos humanitarios a Cuba y es uno de los principales socios comerciales de Cuba. Cada año autorizamos miles de millones de dólares en exportaciones a Cuba, incluida comida y otras materias primas agrícolas, medicinas, aparatos médicos, equipamiento de telecomunicaciones, bienes de consumo y otras cosas para apoyar al pueblo cubano”, dijo.
En total, La Habana asegura que el embargo causó el año pasado 9.157 millones en pérdidas al país, con diferencia la cifra más alta denunciada hasta ahora por las autoridades cubanas desde que se impusieron las sanciones hace casi seis décadas.