La realidad de profundo totalitarismo y pobreza en Cuba ha llevado a millones de cubanos por 6 décadas a emigrar de su país por las vías más riesgosas encontradas, adentrándose en mares y selvas para procurar una vida mejor para sí y para sus familias. Todos los cubanos que han atravesado la peligrosa Selva del Darién (Panamá), han asegurado preferir enfrentar la jungla antes que morir de hambre en la isla.
Un grupo de migrantes cubanos que partió hacia el Darién desde el municipio colombiano de Capurganá, iba acompañado por algunos venezolanos y haitianos, compañeros en el mismo peligroso viaje hasta los Estados Unidos. Juan Carlos, nacional de Venezuela, aseguró tener más miedo y preocupación por las personas que encontraría que por los animales salvajes de la selva.
Es conocido que una buena parte de los migrantes que recorren la selva panameña terminan siendo víctimas de robos, golpizas y violaciones, sin importar sexo, edad o raza.
El venezolano contó la amplia cantidad de huesos y restos humanos que divisó en su camino, y hasta presenció la muerte de un niño.
Precisó que los que se separaban del grupo de viajeros, se perdían rápidamente en la enorme espesura. Aunque el conjunto decreciera en tamaño progresivamente y se perdieran 10, 11, 12… personas, todos seguían avanzando como si no hubiera pasado nada (y no se conoce si la actitud se debía al desinterés o a la resignación de saber que no sirve de nada buscarlos).
Las nuevas crisis migratorias en estos países latinoamericanos, provocadas por las crecientes crisis económicas, han disparado el número de muertes de nacionales suyos en el intento por cruzar la selva de Panamá.
Las autoridades panameñas han contabilizado unos 12 fallecimientos “aproximadamente” en lo que va de 2021, aunque lo más seguro es que hayan sucedido más.
El mismo Gobierno registró la llegada de unos 17.000 migrantes desde Colombia entre los meses de enero y abril, mientras que el otro país sudamericano solo tiene constancia del paso de 4.200.
Unos cubanos que lograron cruzar el bosque avisaron a otro grupo de isleños que dentro de la selva esperan a migrantes varias bandas de delincuentes. Aseguraron que solo llegaron vivos unos pocos, porque los guías murieron a balazos, todas las mujeres fueron violadas y se quedaron sin dinero.