El día de ayer el Gobierno cubano hizo un movimiento inesperado, cuando dio a conocer que se suspendía de forma “temporal” la aceptación de dólares en efectivo para ingresar en las cuentas bancarias que se utilizan para la compra en las tiendas en Moneda Libremente Convertible.
Sin embargo, la medida puede convertirse en un boomerang para miles de cubanos, que creen por una parte que la mejor estrategia es guardar los dólares en efectivo mientras dure esta suspensión y esperar que suba de precio en el mercado negro, donde durante los últimos días se cotiza por encima incluso de los 70 pesos en moneda nacional.
El problema es que hay que tener en cuenta que el 90 por ciento del dólar en efectivo que entra en Cuba lo hacía hasta ahora por dos vías:
- Remesas de mano a mano enviadas a familiares
- Cubanos que viajaban a ver a sus familiares a la isla
Desde ahora, las remesas de mano a mano dejarán de tener sentido práctico en dólares pues por lo general las personas que las recibían los utilizaban para ponerlos en sus tarjetas en MLC y comprar en tiendas, o los vendían para obtener pesos cubanos pudiese necesitar.
En cuanto a los cubanos que se los entregaban a sus familiares en efectivo, estos también por lo general los utilizaban para comprar en las tiendas en MLC tras meterlos en el banco o para venderlos a aquellos que los necesitaban, por ejemplo para viajar al extranjero. Sin embargo, en este segundo caso casi nadie ha tenido en cuenta que las Casas de Cambio (CADECA) anunciaron hace unos días la venta de tarjetas prepagos en dólares para viajeros, las que desde ahora serán la mejor opción para los cubanos que viajen a la isla y deseen dejarle dinero a sus familiares para gastos en tiendas en MLC.
Estas dos causas disminuirán la circulación de efectivo en dólares pues no serán necesitados por más nadie que no sea aquella persona que vaya a viajar al exterior de forma permanente u ocasional.
Consecuencias: el pago en dólares que se había puesto como costumbre en las últimas semanas por carros, casas y cuanta cosa se les ocurra tendrá que cambiar claramente a otra divisa fuerte pues existirá menos efectivo en dólares para estás operaciones ya que los cubanos preferirán las transferencias desde el exterior a sus tarjetas en MLC, aunque sean más complicadas, para recibir el dinero, ya que está es la forma que tienen para comprar en las tiendas. Por tanto, no creo que nadie acepte el pago en MLC por transferencia por una casa o un carro, en primer lugar porque ese dinero electrónico no tiene forma, de momento, de transformarse en efectivo. Luego, porque quién necesitaría tal cantidad en una tarjeta que solo sirve para comprar comida, aseo o electrodomésticos; y en tercer lugar porque cuando reciban una transferencia de más de 10 mil MLC estarán en el ojo de la policía económica.
Esto también implica que ahora es posible que el euro venga a tomar el papel de la moneda fuerte en el país, aunque su circulación claramente será menor, pues los que viajen a la isla se verían necesitados de realizar el proceso de cambio en su país de origen para poder llevarlo en efectivo.
Por otra parte, se espera que el efectivo depositado en las cuentas en MLC se dispare en su venta en el mercado negro, pues aún continuará siendo necesario para paliar las necesidad básicas de alimentación y aseo que no cubren las tiendas en moneda nacional que aún siguen funcionando. El detalle radica en que el Gobierno podría terminar realizando una jugada maestra, prohibiendo la transferencia de dinero entre distintas cuentas en MLC, lo que sería un golpe mortal para los que viven del negocio de la compra-venta de divisas.
Pero como siempre pasa en Cuba, ni el mejor de los adivinos es capaz de predecir lo que ocurrirá, entonces toca quizás sentarse a esperar y ver cómo se desarrolla esta telenovela en las próximas semanas.