En horas de la mañana de ayer jueves falleció en la provincia de Camagüey, a la edad de 120 años, Emilio Duanes Dubalcer, el hombre más longevo del país y quizás del mundo.
Durante la ultima década, sus familiares trataron de que fuese reconocido como la persona más vieja del mundo, pero la faltaba de un certificado original de nacimiento hace casi imposible su sueño…
Nacido en la ciudad de Ocap, en Haití, el 10 de mayo de 1901 y llegó a Cuba con 9 años de edad. Cuando apenas era un niño emprendió viaje como emigrante con una tía y el primer lugar de destino fue Santiago de Cuba.
Vivía rodeado de su familia, que lo atendía como si fuese un bebé. Cada día se levantaba a las ocho y media de la mañana, se bañaba y desayunaba, para sentarse en el portal de la casa a coger un poco de sol. Después almorzaba y tomaba una siesta, para levantarse a merendar, pues siempre le tenían sus comidas a sus horas.
¿Qué cómo logró llegar a esa edad? Pues contaba que siempre comió mucha harina de maíz, viandas como el boniato y el plátano, potajes con el famoso domplín dentro (bolas de harina) y las ensaladas. Pero la carne también y el ron, que pedía de vez en cuando.
“Vine de Haití con una tía siendo muy niño, al fallecer ella por el año 1919 me acogió una familia cubana. Trabajé duro en la agricultura para salir adelante, sembrando, desherbando, cocinando, en fin todo lo que se podía hacer en aquel tiempo. No sabía leer ni escribir pero sí sabía contar dinero”, contó hace unos años en una entrevista.
A pesar de los achaques que le acompañaban, se sentía feliz de vivir, y su descendencia ya cuenta con 13 hijos, 33 nietos, 27 bisnietos y cinco tataranietos, todos ellos nacidos en Cuba, donde Emilio llevaba viviendo más de 100 años.
Con veterana voz y en un castellano, mezclado con palabras y acento inglés, Emilio no dejaba pasar la oportunidad de transmitir el secreto de una larga vida: «Vivir tranquilo, con tranquilidad, con una familia que te atienda, y recordando siempre la máxima de haz bien sin mirar a quién”.