Según una comparecencia ante el Comité de Asignaciones del Senado, Antony Blinken, secretario de Estado norteamericano, garantizó que la nación ya puso en marcha una revisión muy completa de su política hacia Cuba.
En respuesta a la interrogante del senador demócrata Patrick Leahy, fiel partidario de restablecer las relaciones entre ambos países, dijo que, en aras de obtener una visión más completa de la opinión general sobre el tema, las autoridades han consultado con «miembros del Congreso, personas con diferentes perspectivas, los diferentes interesados, dentro y fuera de Cuba, ya sean activistas, periodistas, ONG’s y la comunidad empresarial».
Leahy preguntó a Blinken el motivo por el cual las relaciones estadounidenses con Vietnam no son similares a las que mantiene Washington con La Habana, incluso cuando se trata de dos países unipartidistas. Al respecto, el funcionario reiteró que la administración Biden quiere garantizar, ante todo, que se haga lo posible por promover la democracia y la libertad del pueblo cubano, en función a que se encuentren las vías efectivas para empoderar a los ciudadanos para que construyan el futuro de Cuba.
Sabiendo esto, se mantienen las posturas de Washington hacia Cuba desde la llegada de Joe Biden a la Casa Blanca, estableciendo que la normalización de las relaciones no constituye una prioridad. Esto y los dos principios en los que basarán su política hacia la isla son las únicas respuestas que funcionarios del Gobierno han proporcionado sobre el tema desde las elecciones.
Blinken informó a los senadores sobre los esfuerzos que se realizan para descubrir las causas de los supuestos ataques de radiofrecuencia «dirigidos» contra diplomáticos y funcionarios norteamericanos, cuyas repercusiones en forma de diversas enfermedades neurológicas se han llegado a conocer como «síndrome de La Habana».
En relación a ello, Biden ha declarado varias veces que pretende saber la verdad de una vez por todas, con la conformación de un equipo con especialistas de diferentes agencias y departamentos federales y la exhaustiva revisión de toda la información disponible. Declaró que, por el momento, «Estados Unidos aún no sabe qué o quién está causando estos incidentes».
El Gobierno de Biden declaró que en la actualidad está bajo revisión el estatus de Cuba como patrocinador del terrorismo, aunque lo mantiene en la lista hasta la fecha, pues el Departamento determinó y certificó que la isla no coopera plenamente con los esfuerzos antiterroristas de Estados Unidos.
Pese a poder hacerlo, Blinken no sustrajo a Cuba de la categoría, por lo que se infiere que Washington avanza con cautela en esta revisión y que continúa la percepción extendida de que el Gobierno estadounidense no piensa volver a apostar por un deshielo de las relaciones entre ambos países.