El Departamento de Estado, bajo el gobierno del Presidente Joe Biden, anunció este martes que mantendrá a Cuba y a Venezuela en su lista de países no cooperantes con el movimiento antiterrorista internacional (el paso previo para formar parte de la lista de naciones patrocinadoras del terrorismo), donde también se hallan Siria, Corea del Norte e Irán.
Bruno Rodríguez Parrilla, canciller cubano, reaccionó indignado en la red social Twitter a la publicación donde se notificaba la decisión tomada por el Departamento de Estado, alegando que la certificación como país que no colabora plenamente con los esfuerzos antiterroristas internacionales daña seriamente la reputación de la isla caribeña y obstaculiza sus relaciones financieras, prohibiendo la comercialización y el otorgamiento de licencias de exportación de artículos y servicios de defensa.
Gobierno de Biden mantiene a #Cuba en lista de países que no cooperan en la lucha contra el terrorismo.
Sorprende e irrita la calumnia y que aplique la política de Trump y sus 243 medidas de bloqueo.
— Bruno Rodríguez P (@BrunoRguezP) May 25, 2021
La isla, de hecho, pasó a integrar este listado norteamericano en 2019, y fue declarada como país patrocinador del terrorismo en 2021. Cuba había egresado de la lista en 2015, cuando ambos países hacían esfuerzos por normalizar sus relaciones.
El ex director de la Agencia Central de Inteligencia, John O. Brennan, visitó la isla en esos años y se reunió con el coronel Alejandro Castro Espín, hijo del líder histórico cubano Raúl Castro. El entonces Presidente norteamericano Barack Obama también llegó al país poco después con el mismo interés.
El triunfo del Partido Republicano con el representante Donald Trump en las elecciones de 2016 obstaculizaron gravemente las relaciones diplomáticas entre ambos países, además de la retirada en estampida de todos los trabajadores norteamericanos y estadounidenses de la Embajada en La Habana por ataques sónicos que aún no han sido probados, por lo que el avance volvió al punto de partida con todo y el aumento de la represión contra la oposición en la isla.
El Gobierno de Trump dirigió acusaciones hacia La Habana, alegando el respaldo militar y de inteligencia a la administración de Nicolás Maduro, lo que el propio dirigente venezolano ha confirmado en múltiples comparecencias. También acusaron a Cuba de acoger a la máxima dirección de la guerrilla Ejército de Liberación Nacional de Colombia, que se encontraba en isla mientras desarrollaban encuentros de diálogo con el gobierno de Iván Duque.
Las negociaciones no prosperaron luego de un ataque terrorista contra una escuela de cadetes que reportó numerosas bajas, pero las autoridades cubanas refutaron la repatriación de los líderes de la guerrilla amparada en una serie de memorandos firmados por el Estado colombiano, por lo que la extradición sigue siendo un reclamo de Iván Duque todavía pide a su homólogo cubano.
El Gobierno isleño vio esperanza en la toma de posesión de Joe Biden en la Casa Blanca y, por ende, han enviado decenas de señales que evidencian su interés en retomar el rumbo de normalización que había emprendido Obama.
Por su parte, Washington ha señalado que los asuntos concernientes a la isla no forman parte de las prioridades en materia de política exterior en estos momentos, así clko que considera a los cubanoamericanos como los mejores embajadores de la libertad para el pueblo cubano.
Medidas polémicas tomadas por su antecesor tampoco han sido completamente revertidas por Biden, entre las que se encuentra la integración de Cuba como país promotor del terrorismo y la prohibición de vuelos a gran parte de los aeropuertos, limitaciones a las remesas y cruceros al país.
