Cuando faltan recursos para divertirse, los cubanos acuden a su peculiar ingenio y hacen de los limones, limonada.
Y este año los han vuelto nuevamente a las redes sociales las imágenes donde se puede ver un grupo de niños del poblado “El Infernal”, en Pinar del Río, disfrutando del verano en Cuba en una inusual piscina en la parte trasera de un tractor agrícola, creada a fuerza del “ingenio y creatividad” de sus padres.
Una crónica publicada hace unos meses reseña que la “piscina” fue el resultado de la colaboración material de varios vecinos que reunieron lo necesario: el tractor con la carreta, el agua y una lona impermeable.
“La necesidad los ha obligado a apelar a la invención”, subraya el artículo de la prensa pinareña que, pese a que celebra la iniciativa, añade que los niños de “El Infernal” carecen de opciones para divertirse, pues el campismo “Cueva de Los Portales” les queda muy lejos, y en la zona donde viven no hay ningún parque infantil.
“¡Ñooo, apretaron. Tremendo invento!, decían unos. Otros solo miraban y sonreían. Y no faltaron los que se sumaron a aquella fiesta sobre cuatro ruedas”, relata la crónica, y explica que “ante ciertas travesuras”, se plantearon reglas para el disfrute de la piscina: “Nada de juegos pesados, hay que lavarse pies y manos, cero alimentos y bebidas alcohólicas, cada niño con un acompañante que lo cuide”.
La idea la produjo un matrimonio del bario que siempre anda buscando alternativas para entretener a sus hijos, a los cuales le han construido una casa en un árbol y han hecho helado casero, ante la falta de ese producto en las tiendas de su pueblo.
En los comentarios en las redes sociales de la citada publicación, figuran alabanzas al ingenio, creatividad y a la capacidad de invento mostrada por esos campesinos pinareños.