Un tema de profunda raíz histórica y fatalista ha persistido a lo largo del tiempo sin que se conozca con certeza su verdadero origen y significado. Desde la época colonial, diversas generaciones han contemplado la Fosa de Bartlett, en las costas orientales, como un abismo insondable del mar Caribe, destinado a engullir algún día a la ciudad oriental de Santiago de Cuba. Aunque este mito, rico en colorido pero carente de veracidad, ha arraigado de manera singular, la ciencia ha tenido dificultades para disipar los errores en los que cayeron sus antepasados.
El periodista José Antonio Torres ahonda en este asunto y en las creencias arraigadas en la población de Santiago. Cuando la tierra tiembla en esta región oriental de Cuba, lo cual ocurre con cierta frecuencia, no son pocos los que aventuran: «En el fondo de la fosa de Bartlett ha ocurrido un desprendimiento».
Las crónicas antiguas relatan que en numerosas ocasiones la población santiaguera tuvo que ser evacuada debido a las inundaciones y penetraciones del mar. Otras fuentes indican que fuertes terremotos la devastaron casi por completo, y para mayor confusión, uno de ellos fue acompañado por un virulento oleaje. La incertidumbre alcanzaba su punto máximo cuando los viejos marineros relataban historias: «A tan solo 30 metros termina la plataforma y comienza el abismo».
Y qué decir de los rumores sobre las fuerzas de las olas, la supuesta desaparición de embarcaciones durante tormentas, la incomprensible marea y la abrupta caída de una aeronave en 1959. Respecto a este último incidente, algunos testigos aseguran que «se precipitó a la vista de todos, pero nunca se encontraron sus restos porque en ese lugar nadie puede descender. La presión es incalculable». Han surgido muchas más historias, mitos y leyendas en torno a la Fosa de Bartlett.
Sin embargo, la práctica y las investigaciones científicas han demostrado que la relación entre Santiago de Cuba y el mar no encierra ningún misterio. Científicos y estudiosos del tema han desentrañado el mito, aclarado los temores y evidenciado que este no es un fenómeno exclusivo de la mayor de las Antillas. De acuerdo con el mapa batimétrico elaborado por la expedición cubano-francesa «Mar Caribe II» realizada por expertos del «Centro Nacional de Investigaciones Sismológicas de Santiago de Cuba» y el «Instituto de Física del Globo de París» en 1967 y 1988, la hoya o fosa de Bartlett es una extensa depresión submarina de mil 400 kilómetros de largo por cien de ancho. A pesar de las creencias populares, se extiende desde las Islas Caimán hasta el litoral sur de la República Dominicana, bañando con sus aguas toda la costa suroriental de Cuba.
Si bien resulta más complejo explicar científicamente los fenómenos de la oceanografía, la plataforma marina, etc., debido a la complejidad del tema y del lenguaje que involucra las leyendas imaginativas y los mitos, lo esencial es transmitir a los lectores, de la manera más simple posible, los resultados de las investigaciones científicas. La disyuntiva es sencilla: tener más confianza en la ciencia que en las leyendas y cuentos. Creer más en la existencia de las personas que nos rodean que en las historias de brujas volando en escobas… Al menos eso creo yo.